Algo ha cambiado en el seno de McLaren, donde desde hace semanas irradia un fuerte optimismo. Quizás el mismo que se ha sentido a la conclusión de otras temporadas, con la diferencia de que en esta ocasión hay motivos para creer. El fin de la relación con Honda y el acuerdo con Renault zanjado a mitad de año ha sido la noticia más alentadora los de Woking. Cada año el trabajo de los nipones ha sido más desastroso. Ni siquiera la eliminación de los tokens en 2017 ha permitido que Honda evolucionara. En Abu Dhabi, última cita de la temporada, Fernando Alonso volvió a sufrir las consecuencias de la escasa potencia de su motor.
No obstante, la cita nocturna también sirvió para vislumbrar la otra gran noticia positiva de McLaren: su chasis. El MCL32 ha demostrado a lo largo de esta temporada un excelso ritmo en el paso por curva. Se notó en Abu Dhabi en el sector de más curvas, y se ha notado en los circuitos como Mónaco carentes de grandes rectas. Esto, aunado al incremento de potencia con el motor Renault, hace pensar a los británicos que la pelea por el podio será un objetivo real en 2018. El único inconveniente del proveedor francés es la fiabilidad, que se podrá subsanar en estos meses antes de llegar a Montmeló en febrero.
Con el futuro en construcción a este 2017 al que le resta poco más de un mes le quedaba una asignatura pendiente: los patrocinadores. Desde que Zak Brown relevara a Ron Dennis como director de la escudería, comentó que su objetivo más primordial era seducir a las diferentes marcas. La ruptura con Honda y la contratación de Renault supuso una pérdida de en torno a 125 millones de euros, a la que había que añadir la fuga de patrocinadores que se ha producido en este tiempo, y de la que Brown culpó a Honda.
“Hay dos formas de perder patrocinadores, algunos que directamente dejan el deporte y no sabemos si los culpables somos nosotros, el deporte en sí o las circunstancias. Pero cuando dejan el equipo para irse a otra escudería eso significa que están contentos con el deporte y no con el equipo”, comentó en referencia a Jhonny Walker, que cambió de escudería. La clave para afrontar el 2018 era Mansour Ojjeh, máximo accionista del equipo, que parecía dispuesto a aumentar su inversión.
Finalmente no va a ser necesario. Brown ha conseguido atraer a las marcas con la llegada del motor Renault. Ahora son otros los que abandonan un equipo, Williams en este caso, para recalar en McLaren. Eso es lo que parece que hará Petrobras. Diversos medios brasileños ya vincularon a esta empresa con McLaren en marzo, y hace escasos días Brown reconoció en Yas Marina que estaban cerrando algunos acuerdos. Lo cierto es que esta petrolera brasileña está vinculada a Sérgio Sette, piloto de Fórmula 2 de McLaren.
Más recientemente el director de la escudería aseguró que habían cuajado un “buen cuarto trimestre” en la faceta comercial, al cerrar la incorporación de dos patrocinadores. Uno de ellos parece ser Petrobras, una inyección económica importante para McLaren, que entre otros pagos deberá hacer frente a los 35 millones de euros anuales de Fernando Alonso, que recientemente ha renovado su contrato manteniendo su anterior salario.
Una petrolera corrupta
Es probable que McLaren se haya visto forzada a aceptar el acuerdo por la necesidad económica, ya que por prestigio o imagen no se entendería la apuesta por una petrolera que ha sido todo un escándalo en Brasil. Durante ocho años (2004-2012) Petrobras desvió más de ocho mil millones de dólares en uno de los casos de corrupción que más se recuerdan. Se destapó en 2014 y comprometió a un elevado número de partidos políticos, entre ellos el Partido de los Trabajadors (PT) y sus aliados el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) el Partido Progresista (PP).
Alberto Puente