El equipo Special One, en el que se engloba el nueve veces campeón mundial del WRC Sébastien Loeb y su jefe de equipo Guerlain Chicherit dentro del Campeonato Mundial de Rallycross, ha sufrido un duro revés. Durante el viernes 21 de julio, en la jornada previa al inicio de la cuarta ronda del año en el circuito británico de Lydden Hill, sus dos Lancia Delta eléctricos han salido ardiendo sin que el equipo pudiera hacer nada para evitarlo. Por suerte, no ha habido daños personales para ninguno de los miembros de la estructura.
Desde finales de la pasada temporada Chicherit trajo el Lancia Delta Evo-e, una versión eléctrica del mítico coche que dominó el Mundial de Rallyes en la primera parte de la era del Grupo A entre 1987 y 1992. También ha recuperado los míticos colores de Martini Racing, una decoración ya icónica en el mundo del motorsport. Para este año había incorporado a Loeb (quien combina este programa con su presencia en el Dakar, teniendo nuevo programa con Dacia), quien vuelve al WRX en el que ya estuvo años atrás como piloto de Peugeot (cuando se aliaron a nivel oficial con Hansen).
En realidad este coche no tiene nada que ver a nivel mecánico con el Delta de los años ochenta y noventa. En cambio, se trata de coches 100% eléctricos que utilizan el mismo kit y la misma base que el resto de coches presentes en el Mundial de Rallycross, como los Volkswagen que llevan Johan Kristoffersson y Ole-Christian Veiby o los Peugeot 208 de los hermanos Timmy y Kevin Hansen, así como los coches de CE Dealerteam con silueta de Hyundai i20. Dicho de otro modo, se trata de coches ‘silueta’ con una carrocería adaptada al chasis, utilizando todos la misma mecánica eléctrica.
Este incendio en los Lancia Delta de Special One Racing Team de Loeb y Chicherit ha llevado a que el circuito permanezca cerrado al público el resto del día, moviendo todas las actividades al sábado 22. El evento seguirá adelante en principio en los próximos días 22 y 23, pero Special One recibe un duro golpe – no solo al no poder participar, sino al perder sus dos unidades de carreras en un incendio cuyas causas no han quedado claras.
Los Delta se esfuman en Lydden Hill, cuna del rallycross
La cita en Lydden Hill, la cuna del rallycross (pues aquí fue donde se inventó la especialidad allá por 1967), es especial por varios motivos, además de volver al circuito después de correr varios años en Silverstone. También es puntuable para RX2e, donde corren entre otros el español Pablo Suárez – también han competido de manera puntual dos grandes nombres femeninos, la burgalesa Cristina Gutiérrez y la catalana Laia Sanz, dos pilotos de Extreme E – de hecho, Gutiérrez es la vigente campeona junto a Loeb, quien se marchó del campeonato para después volver con el equipo Cupra Abt.
Tras tres rondas celebradas, en estos momentos Kristoffersson es el líder del campeonato con 69 puntos, buscando su sexta corona mundial (y cuarta consecutiva, habiéndose perdido solo la temporada 2019 cuando corrió en el WTCR con Volkswagen). Segundo es Niclas Grönholm marcha segundo con 42 puntos por delante de Kevin Hansen, Veiby, Timmy Hansen y Timo Scheider. Más atrás en la general se encuentran Klara Andersson, Loeb, Chicherit y Gustav Bergström.
Aunque los coches en sí son iguales, es precisamente la manera en la que los equipos trabajan con el material y la capacidad de los pilotos la que marca la diferencia en este WRX electrificado, ahora convertido en efecto en un campeonato de especificación única (como también ocurre con la IndyCar, por ejemplo). Un campeonato que brilló con luz propia entre 2016 y 2018, pero que perdió relevancia para las marcas pese a electrificarse y mantener su estatus de campeonato FIA.