Si ha habido un gran centro de atención durante el Rallye de Monte-Carlo, ese no ha sido la pelea por la victoria absoluta entre Thierry Neuville, Sébastien Ogier o Elfyn Evans. Tampoco lo ha sido el estreno del bizarro sistema de puntos que el WRC utiliza a partir de ahora para los pilotos de la máxima categoría. En WRC2 se ha vivido una batalla mítica entre Pepe López, Nikolay Gryazin y Yohan Rossel, con el madrileño y su copiloto David Vázquez peleando de principio a fin la victoria en la segunda división del Mundial de Rallyes, algo nunca visto hasta ahora.
España ha vivido varios éxitos, empezando por los títulos del Junior WRC de Nil Solans/Miki Ibáñez en 2017 o Jan Solans/Mauro Barreiro dos años después – más atrás en el tiempo, también está el título de Dani Solà en el mismo campeonato, además de las victorias absolutas de pilotos como Carlos Sainz, Chus Puras y Dani Sordo, quien ha sumado hasta ahora tres victorias, dos de ellas con Hyundai y casualmente en el Rallye de Cerdeña. No obstante, WRC2 ha sido esquiva para los españoles, siempre con un altísimo nivel, a menudo con pilotos ex oficiales u oficiales en el rol de embajadores de los coches R5/Rally2.
Es por ello que, en la noche mágica del ‘Monte’, sorprendieron López y Vázquez emerger entre todos los pilotos veteranos del WRC2 – incluso los oficiales de Citroën, quienes jugaban en casa – con el Skoda Fabia RS Rally2 de MAPO Motorsport, equipo liderado por el ex campeón mundial de S2000 y pentacampeón de España de tierra Xevi Pons. Terminarían la jornada del jueves como líderes, enfrentándose a Gryazin sobre todo. Un piloto duro de batir, habiendo ganado pruebas del Europeo de Rallyes en años anteriores y considerado como uno de los mejores talentos jóvenes salidos de Europa.
La jornada del viernes fue también mágica en uno de los duelos más bonitos que se recuerdan de la segunda división del WRC. Gryazin y López estuvieron todo el día teniendo un toma y daca continuo en el que Gryazin era más rápido en condiciones cambiantes, pero en seco López era capaz de ir más rápido. El madrileño quería ir sobre seguro, pero en cuanto tenía ocasión daba rienda suelta a su velocidad. Eso, pese a ser su primer rallye con el Skoda Fabia RS Rally2 tras haber pilotado el Hyundai i20 N Rally2 durante las dos últimas temporadas a nivel nacional – eso sí, ya logró un podio en WRC2 en Monte-Carlo precisamente.
Pulso entre López y Gryazin
Es por ello que, a quienes han seguido más de cerca su trayectoria deportiva, no sorprende tanto. El que fuera alumno de Carlos Sainz tiempo atrás ya ha demostrado su nivel en tierra y asfalto, siendo tres veces campeón del Supercampeonato de España de Rallyes y dos del Campeonato de España de Rallyes de Asfalto, por lo que un buen resultado en el asfalto seco del ‘Monte’ era esperable. Eso sí, enfrentarse a un elenco mundial y mantenerse al frente sí que era ya algo ilusionante para muchos que lo han conocido y tratado durante estos años (igualmente para David Vázquez, quien ha logrado grandes éxitos en Galicia como copiloto de Víctor Senra).
Gryazin se mantuvo líder durante buena parte de la segunda etapa, aunque López le recortaba tiempo en algún que otro tramo – tanto que, en los tramos de la tarde, que estaban más secos, conseguía arrebatarle la primera posición. Gryazin respondió y, en el último tramo del día, justo cuando caía la noche sobre los Alpes Franceses, se colocaba por delante por apenas dos décimas. Pero es que, por si no fuera suficiente, por detrás se acercaba Rossel en el otro Citroën oficial, haciendo grandes tiempos en su rallye de casa del calendario mundialista.
En comparación, el resto de competidores estaban varios minutos por detrás. Nicolas Ciamin era cuarto por delante de Stéphane Lefebvre, ex piloto oficial de Citroën que aquí estrenaba el nuevo Toyota GR Yaris Rally2 homologado este mismo mes de enero. Tras Lefebvre, estaba la otra dupla española: Jan Solans y Rodrigo Sanjuán, estrenando el GR Yaris Rally2 de Teo Martín Motorsport aunque sin tener tanto éxito como sus compatriotas en MAPO. De hecho, ya desde el primer día mostraba su incomodidad y se centraba en acabar el rallye. El otro español presente en WRC2 era Adrián Pérez, cantando notas al mexicano Alejandro Mauro, también alineado en MAPO Motorsport como Pérez y Vázquez.
La batalla entre los tres ases de WRC2 seguiría en la última etapa, compuesta de tres tramos. El primero de ellos, disputado antes del amanecer, supuso un empate entre López y Rossel, de modo que López volvía a ponerse líder mientras que Rossel se metía de lleno en la pelea. Otro gran tiempo del francés en el penúltimo tramo le situaba no sólo en segunda posición el haber adelantado a Gryazin, sino que tenía a López a nueve décimas a falta del Power Stage. El último tramo del Monte-Carlo sería, por supuesto, el legendario Col de Turini, uno de los más emblemáticos de toda la historia del Mundial de Rallyes.
Hermoso duelo final entre López, Gryazin y Rossel
Los tres lo dieron todo, pero Rossel fue el que estuvo superior, un tramo sensacional de principio a fin exprimiendo sus Pirelli al máximo en los 14,80 kilómetros de esta configuración del Turini. Rossel superaba a López por cuatro segundos y a Gryazin por 11,4. Ciamin terminaba cuarto por delante de Lefebvre y Solans, los dos llevando hasta la meta los nuevos GR Yaris Rally2 en un debut complicado y particular, por el hecho de ser en el ‘Monte’. El otro español, Pérez, finalizaba undécimo junto al mexicano Mauro (hijo del cofundador de MAPO).
López, con este Monte-Carlo, demuestra que es junto a Solans el piloto español con mayor proyección internacional, mandando un claro mensaje a los equipos principales. A ambos los veremos en otras pruebas del WRC este año – en WRC2 los pilotos puntúan en siete pruebas, puntuando los seis mejores resultados. También es un mensaje de MAPO, un equipo joven que en pocos años ha estado dando punzadas con hilo a nivel internacional.