Todavía se desconoce con exactitud la fórmula que van a emplear Caja Madrid y Bancaja para fusionarse. La primera posibilidad, la fusión tradicional por absorción de la segunda entidad por parte de la primera, parece poco probable.
La segunda posibilidad es la denominada “fusión fría”, o integración en el denominado SIP, (Sistema Institucional de Protección) y parece ser, de momento, la que se llevará a cabo por ambas entidades.
La “fusión fría” consiste esencialmente en el mantenimiento de la personalidad jurídica de ambas entidades que, de todas maneras se integran en una especie de “holding” con participaciones industriales comunes y volumen de negocio propio. Este se estima en 303.000 millones de euros, que superan a los 271.000 millones de La Caixa, lo que convierte a Caja Madrid-Bancaja en la mayor caja de ahorros de España.
Lo más importante es que ambas entidades podrán solicitar fondos al FROB, Fondo de Recuperación y Ordenación Bancaria, para proceder a la reducción de su red de oficinas, así como el saneamiento de sus carteras de crédito e industriales.
A esta “fusión fría” se pueden unir otras cajas pequeñas con las que está negociando Caja Madrid: Laietana, Ávila, Segovia e Insular de Canarias.
El presidente de la macro entidad será Rodrigo Rato y el vicepresidente José Luís Olivas, el actual presidente de Bancaza.