La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, opinó este viernes que es «poco razonable» y un mal síntoma que desde el primer momento el líder popular, Mariano Rajoy, ponga encima de la mesa condiciones «radicales» para alcanzar un Pacto en materia de energía. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz del Ejecutivo se refería así a lo dicho por Rajoy en cuanto a que condicionará el «pacto energético» que el Gobierno plantea entre las principales formaciones políticas españolas a la anulación de la orden de cierre de la nuclear de Garoña.
«No parece un muy buen síntoma que desde el primer momento se esté poniendo encima de la mesa unas condiciones ya tan radicales, pero yo confío en que haya diálogo y que se valoren todas las propuestas para llegar a un acuerdo, ha enfatizado Fernández de la Vega.
Parafraseando a José Luis Rodríguez Zapatero sobre este tema, la vicepresidenta ha añadido que «todas las partes tienen que asumir alguna renuncia, todos los pactos son así, un pacto es acordar pero no es imponer».
En consecuencia, «será necesario dialogar para alcanzar un pacto muy importante para los ciudadanos y para el futuro de la economía».
Tras rechazar hablar sobre el contenido del futuro Pacto y asegurar que el Gobierno no prevé modificar su postura «clara» en materia de energía, la vicepresidenta ha abogado por buscar aproximaciones sobre los elementos de encuentro y no sobre los elemento de desencuentro.
En este sentido, ha insistido en que no deben adelantarse acontecimientos ni prefijar condiciones: «hay que ir con espíritu de acordar, de buscar aproximación en los elementos en los que hay posiciones más comunes y no en los más divergentes».
«Cuando se trata de acordar, todo el mundo tiene que poner cosas encima de la mesa, no se trata de venir a aceptar un contrato de adhesión a lo que plantea el PP, sino un diálogo en el que todos estemos en condiciones de asumir propuestas que no vayan en contra de nuestros principios».
El diálogo, ha concluido Fernández de la Vega, siempre tiene que ser «generoso por parte de todos no solo de una parte».
Por su parte, el ex ministro del PP y presidente de la Comisión Mixta para la Unión Europea, Miguel Arias Cañete, ha considerado necesario que se aborde el mantenimiento de la energía nuclear dentro de la negociación del acuerdo energético.
Arias Cañete ha criticado que por un capricho del presidente del Gobierno se vaya a cerrar la central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos, algo que demuestra que el PSOE pone por delante del interés de España los prejuicios ideológicos de un socialismo trasnochado.
Para el ex ministro del PP, en la negociación del nuevo «mix energético» han de entrar en juego todos los factores, desde la seguridad jurídica, hasta los operadores energéticos, pasando por la «sostenibilidad» de las fuentes, pero también por el desarrollo del potencial nuclear.
En este sentido, ha incidido en que «el que se diga que el presidente es el más antinuclear de los españoles es algo que no tiene ningún fundamento científico, técnico, económico y social».
«Si fueran inseguras que las cierre todas mañana por la mañana, pero como no lo son, como técnicamente se puede prorrogar su vida útil y como tienen unos sistemas de seguridad muy contrastados y tenemos un consejo de seguridad nuclear absolutamente riguroso y es un organismo regulador enormemente respetado en el mundo, el presidente del Gobierno no puede excluir del acuerdo energético este tema, ha aseverado respecto a las centrales nucleares.