El presidente de la Comisión Europea(CE), José Manuel Durão Barroso, aseguró este viernes que «se hará todo para mantener la estabilidad e integridad del euro» y pidió una mayor coordinación de las políticas económicas de los países de la zona. «No es sostenible que un país del euro registre persistentes pérdidas de competitividad en relación a sus compañeros», declaró el líder europeo en el Global Business Fórum 2010 que se celebró en Estoril, -localidad situada a 26 kilómetros de Lisboa-.
Con el objetivo de corregir los desequilibrios macroeconómicos, Barroso avanzó que la Comisión va a proponer «un sistema de supervisión en estas materias».
El presidente de la CE explicó que «el nuevo sistema global de coordinación de las políticas económicas debería entrar en vigor el próximo año» y añadió que la Comisión «hará propuestas concretas, de naturaleza legislativa, en ese sentido».
Además de la supervisión macroeconómica, Barroso apuntó otros dos puntos esenciales para el refuerzo de coordinación de las políticas económicas en la UE: una mayor integración entre las políticas presupuestarias y el refuerzo del Plan de Estabilidad y Crecimiento(PEC).
La coordinación entre la políticas presupuestarias «se llevará a cabo en un solo semestre cada año» en el llamado semestre europeo, explicó, «que permitirá ver si la calidad del gasto público favorece el crecimiento y si las reformas estructurales van en el mismo sentido».
Respecto al PEC, el más alto representante de la CE defendió que se refuerce en su «parte preventiva y correctiva».
«La parte preventiva merece especial atención porque es uno de los puntos flacos de las actuales reglas: los Estados no aprovecharon el tiempo de las ‘vacas gordas’ para alcanzar un situación suficientemente confortable y evitar que el déficit pudiese convertirse en excesivo», juzgó Barroso.
En cuanto a su sentido correctivo, el presidente de la Comisión sostuvo que será «necesario introducir las sanciones antes y de una forma gradual en vez de guardarlas tipo ‘bomba nuclear’ sólo como último recurso».
En el mismo foro en Estoril, localidad situada a 26 kilómetros de Lisboa, el presidente de la República de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, consideró que la actual crisis provocará un «ímpetu reformista en Europa» y alertó acerca de la necesidad de adopción de una nueva generación de políticas públicas.
Entre los cambios que deberían operarse en este ámbito, Cavaco Silva manifestó que las políticas públicas deberían estar menos centradas en el gasto público y más preocupadas por la promoción de la productividad y de la competitividad exterior.
El Jefe del Estado luso también defendió una mayor coordinación en las políticas económicas a nivel europeo aunque advirtió sobre la necesidad de evitar «interferencias directas» en el diseño de las políticas presupuestarias de cada país.