Yo solo no puedo hacerlo, necesito ayuda. Éste fue el mensaje que José Luis Rodríguez Zapatero ha querido lanzar a todos los españoles en su discurso sobre el estado de la nación. El presidente ha hecho un discurso realista, en el que ha definido la situación y el camino que hay que seguir para superarla. Sin dinero para prometer dádivas, se limitó a esbozar el panorama y a desgranar los retos pendientes. Reconoció que España está aún mal aunque hay “signos alentadores”. De conseguir el apoyo de los grupos parlamentarios y la comprensión de los ciudadanos, Zapatero aseguró que podrá terminar la tarea pendiente para “engancharnos definitivamente al grupo de países al que siempre hemos querido pertenecer”.
Las primeras frases de su discurso fueron de solidaridad. Especialmente, con los españoles que se han quedado sin su empleo o han visto cómo cerraba su negocio. Después, con los catalanes, que han visto cómo el Tribunal Constitucional limaba un Estatut después de cuatro años “demasiado accidentados” en los que se ha podido “comprobar que no se rompía España. Aunque se prevé que la respuesta más amplia la ofrezca esta tarde a CiU y al resto de partidos catalanes, declaró: “acato la sentencia, la cumplo y la haré cumplir”. Para eso, se comprometió a seguir contribuyendo a su desarrollo y a dialogar con la Generalitat para abordar los aspectos “que han sido declarados inconstitucionales no por razones de fondo sino por el tipo de norma aptos para regularlos”. Es decir, pactar con los catalanes las reformas legislativas como se hizo cuando CiU presidía la Generalitat.
Zapatero repasó las medidas puestas en marcha para reducir el déficit, y recordó que la ley de Economía Sostenible está en tramitación desde hace meses. Vino a reconocer que la fórmula del Decreto-ley se ha aplicado para lo que era urgente. Para el resto, hace falta el concurso de todos. Las Comunidades Autónomas deberán reducir su déficit en 11.000 millones, la Administración General lo hará en 20.000 y el presupuesto de todos los ministerios se recortará un 15%.
Las partidas de gastos corrientes, transferencias o aportaciones a empresas públicas serán sometidas “a una nueva reducción”, dijo sin dar más detalles. Reconoció que con ese ajuste y unos presupuestos “restrictivos” para el 2011 el ritmo de reactivación de la economía. Por ese motivo, habrá que atender a una doble prioridad: la de restablecer la estabilidad de los mercados financieros y terminar las reformas estructurales de forma que se aumente la productividad, se ataje la reducción de empleo y se modernice “el marco de relaciones laborales”.
Dado que el acuerdo entre empresarios y sindicatos no fue posible, y con la amenaza de la huelga general pendiente sobre su cabeza, el jefe del Ejecutivo recordó que está abierto a que los grupos políticos aporten enmiendas a una “reforma mejorable”. El mismo discurso sirvió para las pensiones. “No es un problema de hoy pero debemos resolverlo hoy”, dijo tras recordar que, una vez se pronuncie la Comisión del Pacto de Toledo sobre las propuestas del Gobierno, habrá que promover “cambios normativos” con el consenso más amplio posible.
De esa suma de apoyos, depende el futuro de un país que se encuentra “en un momento crucial”. Sus aspiraciones, y las de los demás, son “prosperidad, empleo y políticas sociales”. Sólo con esfuerzo colectivo, se podrá salir adelante. Esta tarde será el turno del resto de partidos. Ninguno parece muy dispuesto a echar una mano. No suele hacerse en los discursos. Las negociaciones empiezan después, cuando llegue el turno de las propuestas de resolución.