El PIB de China, la tercera economía mundial, creció un 11,1% en la primera mitad del año, una ligera y esperada ralentización después de haber registrado en el primer trimestre de 2010 un aumento del 11,9%, informó este jueves el Buró Nacional de Estadísticas (BNE). El crecimiento del PIB en el segundo trimestre del año fue del 10,3%, 1,6 puntos porcentuales menos que en el cuarto anterior, y Gobierno chino y analistas confían en que esta tendencia descendente se mantenga en lo que queda de 2010, a medida que se reajustan las políticas chinas de combate de la crisis.
«Genéricamente hablando, la economía china está mostrando un buen comportamiento, con un alto ritmo de crecimiento, altos niveles de empleo y una baja inflación», resumió al presentar las cifras el nuevo portavoz del BNE, Sheng Laiyun.
El Gobierno de China, país que el pasado año creció un 9,1%, se ha fijado que este año el PIB aumente un 8%, una previsión que se antoja demasiado prudente, ya que los organismos internacionales la estiman mucho mayor (el Banco Mundial un 9,5, y el Fondo Monetario Internacional un 10%).
El PIB entre enero y junio ascendió a 2,53 billones de dólares (1,98 billones de euros), y los tres principales indicadores de la economía china -inversión, consumo y comercio exterior- mostraron crecimientos de doble dígito.
El comercio exterior fue el que más aumentó, teniendo en cuenta que se compara con las bajas cifras del año pasado, en el que la demanda externa cayó a consecuencia de la crisis global.
En concreto, entre enero y junio de 2010 el comercio exterior chino ascendió a 1,35 billones de dólares (1,05 billones de euros), un aumento del 43,1% respecto al mismo periodo de 2009.
Las exportaciones ascendieron a 705.100 millones de dólares (553.500 millones de euros), una subida del 35,2%, y las importaciones a 649.800 millones de dólares, (510.000 millones de euros), un aumento del 52,7%.
En lo que respecta a inversión en activos fijos, ésta ascendió en la primera mitad del año a 1,67 billones de dólares (1,31 billones de euros), un ascenso del 25%.
Dentro de esta inversión, destacó el aumento de un 38,1% en la que se destinó al sector inmobiliario, un indicador que preocupa a Pekín, quien teme que la «burbuja» en el sector estalle y afecte a la economía nacional.
Respecto a las ventas al por menor, principal indicador del consumo, éstas subieron en enero-junio un 18,2%, hasta los 1,06 billones de dólares (837.700 millones de euros).
El BNE también publicó este jueves la cifra del IPC, que en lo que va de año ha aumentado un 2,6%, manteniéndose peligrosamente cerca del nivel que China quiere a finales de año (3%), aunque debe destacarse que en junio los precios bajaron un 0,6%.
Por categorías, en la primera mitad de 2010 subieron alimentos, tabaco, licores, gastos médicos y educativos, así como vivienda, pero bajaron los precios de ropa, electrodomésticos, transporte y comunicaciones.
La publicación de los datos económicos de China, que desde hace pocos años se lleva a cabo en ruedas de prensa trimestrales, se ha convertido en un gran acontecimiento mediático en Pekín a medida que China ha ido superando a otros países (Italia, Francia, Alemania, Reino Unido…) hasta convertirse en la tercera economía mundial.
La expectación se refleja, por ejemplo, en la enorme batalla campal que se forma en la sala de prensa del Consejo de Estado cuando el funcionario de turno aparece por la puerta con las fotocopias de los datos económicos.
Todos los reporteros, chinos y del extranjero, se lanzan sobre él con violencia y arañazos, que crecen en intensidad trimestre tras trimestre.
Una curiosidad de los datos económicos chinos es que el régimen comunista, nacido de una revolución principalmente campesina, sigue otorgando una importancia vital a las estadísticas agrícolas, por lo que los primeros indicadores económicos que se citan en la rueda de prensa y en el informe trimestral son los de la cosecha de cereal y la producción de carne porcina.