Miembros de la organización Greenpeace consiguieron cerrar a primera hora varias estaciones de servicio de la petrolera BP en Londres para pedir a la empresa que adopte políticas energéticas más ecologistas.
Con motivo de la publicación de los resultados de BP, Greenpeace informó de que los ecologistas detuvieron el flujo de carburante al activar los interruptores de seguridad y retirarlos después para impedir el funcionamiento de las estaciones de servicio.
Según Greenpeace, la cantidad de gasolineras cerradas fueron cincuenta, aunque para BP fueron doce. El grupo indicó que la protesta tiene como objetivo presionar al próximo consejero delegado de BP, Bob Dudley, que cambie la actitud de su predecesor, Tony Hayward, quien -según Greenpeace- estaba «obsesionado con fuentes de petróleo de alto riesgo e imprudentes
para el medio ambiente».
«Con Tony Hayward la compañía retrocedió, exprimiendo las últimas gotas de petróleo en lugares como el golfo de México, las arenas de alquitrán de Canadá e incluso el frágil desierto del Ártico», señaló el director ejecutivo de Greenpeace, John Sauven.
«Hemos cerrado todas las estaciones de servicio de BP en Londres para darle al nuevo jefe la oportunidad de presentar un plan mejor», puntualizó Sauven. Un portavoz de BP calificó la medida de Greenpeace de «irresponsable y acto infantil que interfiere con los sistemas de seguridad».
La petrolera anunció hoy unas pérdidas financieras de 19.973 millones de dólares (15.363 millones de euros) en el segundo trimestre de este año y la partida de su consejero delegado, Tony Hayward, a partir del próximo 1 de octubre, cuando será sustituido por el estadounidense Bob Dudley, actualmente a cargo de las tareas de limpieza de BP en el golfo de México.
Se trata de uno de los peores resultados financieros de la historia empresarial del Reino Unido, que la petrolera atribuyó a los 32.200 millones de dólares (24.770 millones de euros) en costes para afrontar la limpieza del vertido en el golfo de México.