La economía española volvió a crecer en el segundo trimestre, y lo hizo ligeramente más, un 0,2%, que en el primero, aunque aún arrastra un ligero retroceso interanual del 0,2%, según el último boletín económico del Banco de España. El supervisor cree que la economía española ha iniciado ya la consolidación de su recuperación, aunque advierte de que para mantenerla es necesaria la «pronta y firme» instrumentación y puesta en práctica de los planes de consolidación fiscal comprometidos y de las reformas estructurales aprobadas o anunciadas.
El organismo supervisor destaca que esta mejora de la evolución económica del segundo trimestre se explica porque la caída de la demanda interna se ha atenuado -fue del 0,8%-, gracias al repunte del consumo privado, aunque el sector exterior vio reducida su aportación al crecimiento, que fue de seis décimas.
El mayor crecimiento entre abril y junio, añade, tuvo lugar en un entorno en el que la progresiva recuperación de la economía mundial, y algunos factores transitorios que propiciaron el consumo compensaron los efectos negativos sobre la confianza que pudo generar el nuevo brote de inestabilidad en los mercados que se originó alrededor de la deuda de los países.
Así, señala que el consumo de los hogares aumentó un 0,7% trimestral -y ya acumula una subida del 1,5% en un año-, en un periodo en el que se han adelantado decisiones de gasto ante la subida del IVA de julio y el fin de programas públicos de apoyo al gasto -como el 2000E, para la compra de automóviles-.
Por eso advierte de que a partir de ahora, sin esos efectos, el consumo podría atenuar su avance, en un contexto de menor renta disponible tanto del lado salarial como por la actuación de las administraciones, que empiezan a retirar algunas medidas de impulso.
El Banco de España admite que en este tercer trimestre el gasto de los hogares puede verse condicionado por el encarecimiento que provoque la subida del IVA, aunque espera que se siga recuperando aunque sea de una forma más atenuada.
En cualquier caso considera que el restablecimiento de la confianza y un panorama «menos incierto» sobre las perspectivas del mercado de trabajo, con la reforma laboral ya en marcha, serían «ingredientes fundamentales» para una recuperación sostenida del consumo.
En cuanto a la inversión empresarial en su conjunto, siguió mostrando contracción, debido a las dificultades de financiación y a la necesidad de algunos sectores de reducir su elevada deuda.
El Banco de España no es optimista sobre la inversión en un futuro inmediato, y cree que la restricción del crédito y la incertidumbre sobre la intensidad de la recuperación seguirán frenando los proyectos empresariales.
La inversión residencial continuó cayendo, aunque en menor medida, y mejoraron algunas cifras de demanda de vivienda, como la compraventa o las hipotecas constituidas, lo que pudo deberse a una mayor accesibilidad y también a que se han adelantado decisiones de compra ante la llegada de los cambios impositivos o la eliminación de las deducciones en pocos meses.
En cuanto al sector exterior, la menor aportación al crecimiento -de seis décimas, frente a los 1,2 puntos del primer trimestre-, se debió a que no sólo las exportaciones registraron un fuerte aumento, sino que también lo tuvieron las compras al exterior ante una «cierta mejora» de la actividad industrial y de la compra de bienes duraderos.
El boletín subraya en cualquier caso el empuje de las ventas al exterior, ante la recuperación de la actividad y el comercio mundial y la mejora de la competitividad en término de precios.
Medidas fiscales
La entidad también aconsejó en el documento al Gobierno que esté este preparado para llevar a cabo medidas fiscales restrictivas adicionales si la consecución de los objetivos presupuestarios se viera en peligro.
El organismo supervisor califica de «adecuadas» las medidas de ajuste tomadas por el Ejecutivo, si bien subraya que es «crucial» su rápida puesta en marcha para garantizar la credibilidad de la senda de ajuste a medio plazo.
Según el Banco de España, el plan de consolidación fiscal está sujeto a riesgos apreciables, ya que algunas medidas tienen que ser todavía detalladas, en concreto las relativas a la consecución del techo de gasto para 2011 y todas las que afectan a los recortes en las Administraciones Territoriales, sobre todo el próximo año.
Asimismo, destaca que las medidas de ajuste fiscal suponen un paso importante para la consecución de los objetivos presupuestarios de 2010 y 2011 porque se han centrado en recortes permanentes del gasto público.
En este sentido, incide en que la composición del ajuste relativa al gasto corriente es «apropiada».
Además, subraya que las medidas suponen un adelanto de los objetivos fiscales inicialmente fijados en la Actualización del Programa de Estabilidad, de forma que las dos terceras partes del ajuste se concentrarían en los dos primeros años de la consolidación, en 2010 y 2011.
El Banco de España también señala que la adopción rápida de las medidas ha permitido contrarrestar las expectativas adversas de los mercados financieros sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas en España que tuvieron lugar en mayo.
Estas medidas, resalta el organismo supervisor, han permitido cumplir con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y que la Comisión Europea valore los objetivos fijados para 2013 y el esfuerzo fiscal planteado para la corrección del actual déficit excesivo.
Además, indica que la consolidación fiscal podría tener un cierto impacto sobre la renta disponible de las familias a corto plazo, que no obstante, se vería compensado por los efectos beneficiosos sobre la confianza de los hogares a medio plazo, consecuencia de la reducción de la incertidumbre que comporta el proceso de ajuste presupuestario.
El Banco de España asegura que en el caso de la Administración Central la información disponible relativa al segundo trimestre aporta algunos signos de mejoría del déficit del Estado, por la reducción de los gastos de personal y el repunte de la recaudación presupuestaria.