El crudo está disparado y se paga en el entorno de 115 dólares el barril, aunque sigue lejos de sus máximos históricos, de 145. Sin embargo, lo que sí está en su cota más alta es la gasolina y el gasoil, que está más cara ahora que cuando el crudo estuvo a 145 dólares. Los especuladores estrujan en gran medida el valor de esta materia prima de primera necesidad. Lo malo es que los expertos dicen que el barril puede irse a cotas estratosféricas si se contagian los disturbios a Arabia Saudí, el siguiente país que promete agitación social. Eso traería nuevas subidas y, sin duda, bronca social en Europa por unos precios inasumibles por consumidores y profesionales.
Habrá huelgas, movilizaciones… tal vez algo más. Rubalcaba ya tuvo que sacar las fuerzas de orden hace algo más de dos años por las protestas de los transportistas. Y lo cierto es que el consumidor lo tiene mal se mire por donde se mire. En aquellos tiempos, cuando el petróleo tocó sus máximos históricos (145 dólares, es decir, un 26% más que ahora), el dólar estaba sensiblemente más barato, en el entorno de las 1,60 unidades por euro. Eso atenuó un tanto la factura energética, pero eso ahora no se prevé.
Ahora no hay un dólar abaratándose con claridad. Al revés, hay amenazas de movilizaciones en Arabia Saudí, que pueden apretar más al alza el barril. Dicen los expertos que hasta los 200 dólares, aunque ya hubo un precedente en los tiempos de los máximos, cuando Goldman Sachs dijo que el crudo se iba a esa cota desde los 140. La realidad es que en pocos meses cayó hasta 40, una vez los especuladores huyeron en masa.
Derivados en máximos
Pese al complicado entorno internacional, “los contratos no comerciales están en máximos en el mercado de materias de Nueva York (Nymex)”, señala Jorge Fernández, Director General de InterMoney Energía. Eso significa una prima añadida al precio “por parte de especuladores procedentes otros activos financieros, que han tomado las materias primas como otro asset class en el que invertir”.
Es decir, ni mucho menos el encarecimiento del crudo obedece sólo a motivos reales, sino que hay un gran componente especulativo. Aunque “si el conflicto se extendiese a Arabia, estaríamos hablando de problemas reales de suministro”. A partir de ahí, especular con la cotización del barril es algo casi imposible.
En el lado contrario, Fernández opina que si se calmara el entorno internacional, el barril podría caer por debajo de los 100 dólares. Tal vez más, si ese descenso provocara, como antaño, una huida en bloque de los especuladores.
El problema es que el escenario internacional no ofrece la impresión de serenarse. “Casi nadie se acuerda ya de Egipto, pero la cosa allá está lejos de estar solucionada”, avisa el experto. De la misma manera, indica que “aunque tendrán que hablar los analistas en geo política, lo cierto es que estas recientes revoluciones del Magreb no llegan con la intención de salvaguardar los intereses de occidente”. Probablemente, más bien lo contrario.
Mientras tanto, ¿qué provoca que los carburantes estén en máximos? El dólar, como hemos dicho, pero también los impuestos, que se elevaron después de la última crisis… y cabe hablar de los sempiternos pactos de las empresas petroleras. Hay que recordar que la Comisión Nacional de Competencia (CNC) ha investigado en diversas ocasiones el sector de las gasolinas por posibles prácticas anticompetitivas, que se han traducido en incrementos rápidos de precios cuando subía el petróleo y, por supuesto, en descensos más lentos cuando ocurría lo contrario.
Algo de esto hay ahora, sin duda. La duda es cuánto van a aguantar los colectivos profesionales (desde transportistas a aerolíneas), pasando por la ciudadanía. En breve veremos disturbios en Europa si no se enfrían los precios.
Manuel López Torrents