El presidente de Caja Madrid y del grupo Bankia, Rodrigo Rato, anunció este martes que 3.490 empleados del banco se han acogido ya al «plan de racionalización de la plantilla», por lo que abandonarán el grupo antes de que acabe 2012.
Este número supone que ya han aceptado dejar Bankia el 93 por ciento de las 3.756 personas que se espera que lo hagan, en la mayoría de los casos con prejubilaciones con las que cobrarán el 95 por ciento de su salario fijo y a las que pueden acceder los que tuvieran al menos 54 años al cierre de 2010.
Además, según informó la entidad en un comunicado, durante su discurso en la Asamblea de Caja Madrid, Rato desveló que Bankia adelanta a 2011 el cierre de las 600 oficinas previstas.
Esto, unido a la reducción de plantilla, ayudará al banco a conseguir un ahorro de gastos de explotación de casi 150 millones este año y que se incrementará cada ejercicio hasta llegar a 500 millones en 2013.
Al cierre de enero, añadió Rato, los gastos de explotación de Bankia se reducen incluso más de lo previsto.
La Asamblea ordinaria celebrada este martes sirvió también para que los consejeros de Caja Madrid aprobaran el traspaso de los activos y pasivos de la entidad a Bankia, el grupo fruto de la unión de la institución madrileña con Bancaja y las cajas Insular de Canarias, Laietana, Ávila, Segovia y Rioja.
Sólo se salvan del traspaso de activos de Caja Madrid, su marca, el edificio histórico de la institución en la plaza madrileña del Celenque, el monte de piedad y la obra social, que en 2011 volverá a tener un presupuesto de 117 millones de euros.
Rato argumentó que al volcar los activos y pasivos de la caja a Bankia se da un nuevo paso que refuerza el apoyo mutuo de las entidades «en solvencia y liquidez», al tiempo que unifica las políticas y mutualización de resultados.
Pero además, remarcó, se «traslada a los mercados, inversores y a los clientes una imagen entendible» del proyecto de Bankia, entidad que aspira a debutar en bolsa este mismo año y con ello «apuntalará aún más el proyecto y aumentará sus garantías de solvencia».
Los consejeros generales de Caja Madrid aprobaron en la Asamblea los resultados del grupo, que en cifras consolidadas ganó 256 millones, un 3,7 por ciento menos; cifra que de forma individual en se queda en 180,5 millones, casi la mitad que un año antes.
De ahí que la partida de los presupuestos destinada a la obra social se redujera en la misma proporción, hasta quedar en 40,6 millones, que se compensan con fondos de años anteriores para mantener en 117 millones el presupuesto de Obra Social y Fundación para 2011.
De cara al futuro, Rato destacó que la integración de Caja Madrid en Bankia es «el camino más seguro para mantener nuestro liderazgo y nuestro compromiso social».