España crecerá un 0,8% este año, dos décimas más que lo adelantado en enero por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que mejora también en una décima su previsión para 2012, hasta el 1,6%.
Estos pronósticos se sitúan, sin embargo, muy por debajo de las previsiones del Gobierno español, que espera un crecimiento del 1,3% para este año y del 2,3% para el que viene.
El Fondo, que publicó este lunes su informe semestral «Perspectivas Económicas Mundiales», prevé que el índice de desempleo se sitúe este año en el 19,4%, algo por debajo del 19,8% que espera el Gobierno español.
Para 2012, el desempleo en España será del 18,2%, frente al 18,5% previsto por el Gobierno, añade el pronóstico del Fondo.
La inflación, según el FMI, será del 2,6% este año y del 1,5% el próximo.
El Fondo espera, por otro lado, que el déficit por cuenta corriente alcance el 4,8% del Producto Interior Bruto (PIB) este año y el 4,5% en el próximo ejercicio.
El organismo, que dedica un apartado especial dentro del informe a los conocidos como países periféricos de la Unión Europea, señala que el déficit por cuenta corriente de Irlanda y «en menor medida» el de España se sitúan en niveles más sostenibles.
Distinta es la situación en Grecia y Portugal, donde los déficit, equivalentes al 10,4% y al 9,9% del PIB en 2010, respectivamente, siguen siendo «excesivamente elevados».
Portugal, que ha solicitado ayuda a la Unión Europea y al FMI, para afrontar la crisis de deuda, será, después de Grecia, el país con peor evolución económica este año en Europa, con una contracción esperada de su PIB del 1,5%.
Portugal seguirá en terreno negativo en 2012, con una contracción prevista por el FMI del 0,5%.
El Fondo destaca el significativo incremento en las exportaciones que han logrado Irlanda, Portugal y sobre todo España, como parte del proceso de ajuste ante la crisis.
El organismo destaca, por otro lado, que la moderación salarial ha tenido un papel relativamente modesto en Grecia, Portugal y España, donde los mercados laborales son menos flexibles que en otros países periféricos de la Unión Europea como Estonia, Letonia y Lituania.