La ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, excluyó «totalmente» cualquier forma de reestructuración de la deuda griega, así como la salida de ese país de la zona euro, y justificó el apoyo a Atenas porque en caso contrario todos los países de la moneda única sufrirían las consecuencias. Lagarde, en una entrevista publicada este miércoles por el diario Le Figaro, admitió que «pese a los esfuerzos del Gobierno (griego) y las importantes reformas votadas, ciertos objetivos, en particular presupuestarios, no se han logrado».
Eso significa que Grecia no podrá volver a financiarse en los mercados en 2012 como se había previsto inicialmente y ahora debe presentar un programa de privatizaciones de 50.000 millones de euros, precisó. La ministra francesa puso el acento en que los esfuerzos para crear el fondo europeo de salvamento y el mecanismo permanente de solvencia que estará activo en 2013 para financiar los países en dificultades son un imperativo.
Lo contrario -argumentó- «enviaría un mensaje tan negativo a los inversores que toda la zona (euro) lo sufriría y el costo para financiar la deuda de todos los países subiría. Además, en la hipótesis de una reestructuración, los títulos griegos que tiene el Banco Central Europeo sufrirían una fuerte devaluación».
Lagarde explicó que la reunión la semana pasada de ministros de los países de la zona euro que forman parte del G20, que en principio debía ser confidencial, estaba programada desde hacía mucho tiempo y «no tenía ningún carácter urgente», en contra de lo que se publicó junto a los rumores -desmentidos por los participantes- de que se barajaba una salida de Grecia de la moneda única.
El objetivo de esa reunión, precisó la ministra francesa, era preparar el Consejo Europeo del próximo 16 de junio en el que se abordará el problema de las finanzas públicas, en particular de Grecia, y por eso estaba también presente el titular de Finanzas de ese país.