El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, admite que el crecimiento económico de la Eurozona será modesto, pero descartó que esté próxima una recesión.
«Nosotros no anticipamos una recesión en Europa», dijo Barroso en una rueda de prensa conjunta con la primera ministra de Australia, Julia Gillard, en la ciudad de Camberra.
«Los últimos pronósticos de la Comisión Europea muestran que habrá crecimiento -es cierto que será modesto- en toda la Unión Europea», agregó Barroso al inicio de una gira oficial con escalas en Australia y Nueva Zelanda.
El líder europeo, que concluirá su gira por Oceanía el próximo 9 de septiembre también subrayó que la Unión Europea (UE) y el euro son fuertes y resistentes.
«Estamos haciendo todo lo posible: afrontar desde los problemas presupuestarios subyacentes hasta el fortalecimiento del manejo de la eurozona con el endurecimiento de las regulaciones financieras y mejoras en nuestra competitividad en general», apuntó el líder europeo.
Respecto a los problemas de la deuda en Grecia, Durao Barroso explicó que una misión de la llamada «troika», formada por funcionarios de la Comunidad Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional analiza actualmente los esfuerzos del Gobierno de Atenas para cumplir las medidas de ajuste.
En ese sentido, el líder europeo enfatizó que aún es «prematuro» emitir una valoración en torno a los esfuerzos de Grecia respecto a sus obligaciones como parte de las ayudas de rescate, en un contexto en que un organismo parlamentario griego ha señalado que es probable que en 2011 no se cumplan los objetivos de consolidación fiscal.
Barroso indicó que se siente satisfecho de ver que la Unión Europea y Australia trabajan juntos para resistir a cualquier forma de proteccionismo y profundizar la liberalización de sus mercados, tras elogiar al gobierno de Camberra por haber sido Australia el «único país desarrollado» que evitó los efectos de la pasada crisis financiera.
Barroso indicó que un impuesto como el que ha propuesto por la Comunidad Europea para las transacciones financieras hubiera aliviado la carga del sector hace tres años.
«Creemos que la industria financiera debería hacer una contribución más importante a la comunidad», acotó Barroso ante Gillard, quien expresó que su Gobierno no comparte este tipo de medidas.
Sin embargo, Gillard reconoció los pasos adoptados por las autoridades europeas para hacer frente a la deuda soberana y presionar hacia una reforma.