El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha revisado fuertemente a la baja sus previsiones de crecimiento de la economía de la eurozona para 2012 ante los «significativos riesgos a la baja» a los que se enfrenta la economía de la eurozona debido a la incertidumbre en torno a la crisis de deuda, que ha lastrado la confianza y la demanda y ha empeorado las condiciones de financiación.
En concreto, el Consejo de Gobierno del BCE ha revisado fuertemente a la baja sus previsiones de crecimiento para la eurozona en 2011 hasta un rango de entre el -0,4% y el 1%, frente a la anterior estimación de entre el 0,4% y el 2,2%.
Draghi incidió en que la intensificación de las tensiones en los mercados financieros han continuado lastrando a la actividad económica de la eurozona y las perspectivas siguen sujetas a una «gran incertidumbre» y a unos «sustanciales riesgos a la baja».
En esta línea, señala que los últimos datos apuntan a un crecimiento más débil en el cuarto trimestre de 2011, mientras que espera que la actividad económica de la eurozona se recupere el próximo año.
Así, el BCE ha acotado su previsión de crecimiento para la eurozona en 2011 a un rango de entre un 1,5% y un 1,7%, frente a la anterior estimación de entre el 1,4% y el 1,8%. Para 2013, el banco central ha situado su estimación de incremento del PIB en un rango de entre el 0,3% y el 2,3%.
Respecto a la inflación, Draghi descartó que la economía europea entre en un periodo de deflación y reconoció que la subida de los precios se mantendrá por encima del 2% durante varios meses antes de descender al objetivo marcado la institución.
En la actualización de sus previsiones del mes de diciembre, el BCE ha revisado ligeramente al alza su estimación de inflación para 2011 desde un rango de entre el 2,5% y el 2,7% hasta entre un 2,6% y un 2,8%, y para 2012, desde entre un 1,2% a un 2,2% hasta entre un 1,5% y un 2,5%.
Por otra parte, Draghi volvió a insistir en que todos los gobiernos de la eurozona deben hacer todo lo que esté en sus manos para apoyar la sostenibilidad de la eurozona en su conjunto.
A este respecto, recalcó que un nuevo pacto fiscal que incluye un replanteamiento de los compromisos fiscales de los miembros de la zona euro es la condición «más importante para restaurar el funcionamiento normal de los mercados financieros.
Asimismo, el presidente del BCE también incidió en la necesidad de llevar a cabo reformas estructurales «valientes y ambiciosas» que sirvan para fortalecer la confianza, las perspectivas de crecimiento y la creación de empleo.