El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz ha citado a declarar al fundador de Nueva Rumasa, Jose María Ruiz-Mateos, el próximo 18 de enero, por segunda vez dentro de la causa abierta por la presunta estafa a los inversores de pagarés de las empresas del holding de la abeja, según la providencia dictada ayer, a la que tuvo acceso Europa Press.
El patriarca de la familia Ruiz-Mateos comparecerá a petición propia, después de que el juez haya aceptado su solicitud formulada por su representante legal.
El empresario declaró por primera vez el pasado 18 de octubre como imputado por presuntos delitos de estafa e insolvencia punible por las emisiones de pagarés destinadas a los inversores.
En su primera comparecencia, el empresario jerezano se atribuyó toda la responsabilidad de la gestión de Nueva Rumasa y eximió a sus hijos de la toma de decisiones. Ruiz-Mateos se limitó a leer una breve declaración por escrito y no contestó a las preguntas del fiscal, así como de las acusaciones particulares.
En la causa también están imputados su mujer, Teresa Rivero, sus seis hijos varones y su sobrino Zoilo Pazos por los mismos delitos. Todos ellos declararon también el pasado mes de octubre y achacaron al patriarca toda la responsabilidad al frente de Nueva Rumasa.
Antes de cocnocer la nueva citación, el empresario octogenario convocó ayer a los medios de comunicación a asistir a una rueda de prensa en casa de su hija Begoña, situada en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. Finalmente, el empresario anuló el encuentro alegando una «indisposición».
La Fiscalía Anticorrupción concluyó que la familia Ruiz-Mateos captó un total de 385,3 millones de euros de 4.110 inversores mediante la emisión de pagarés de 13 empresas del grupo Nueva Rumasa. Los fiscales fijan en 289,1 millones de euros el total que queda por abonar a los inversores, ya que el grupo abonó algo menos del 25% de las obligaciones.
La Audiencia Nacional continúa así con las diligencias de investigación abiertas en junio de 2010, a raíz de la querella presentada por un grupo de inversores. Ruz sigue admitiendo la personación de los afectados por los pagarés que suman ya más de 300 en la causa.
El 9 de septiembre de 2010, los Ruiz-Mateos vendieron parte de las sociedades de Nueva Rumasa al empresario experto en quiebras Ángel de Cabo. Ruz citó al nuevo propietario del grupo empresarial a declarar como testigo el pasado 21 de noviembre para explicar el proceso de compra, pero finalmente suspendió su comparecencia y decretó el secreto de sumario.