La agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s ha cumplido con su amenaza y ha recortado en dos escalones, desde ‘AA-‘ a ‘A’, la calificación de la deuda española, al mismo tiempo que ha retirado el rating ‘AAA’, la máxima nota posible, a Francia y Austria, según confirmó la agencia en un comunicado.
Con esta decisión, S&P concluye el proceso de revisión para una posible rebaja iniciado el pasado mes de diciembre en torno a la solvencia de quince de los diecisiete países de la zona euro, y que finalmente ha mantenido la ‘triple A’ a Alemania, además de a Finlandia, Luxemburgo y Países Bajos. En el caso de los tres últimos, sin embargo, S&P varía la perspectiva a negativa.
Francia cae hasta ‘AA+, al igual que Austria, con la que también comparte una perspectiva negativa sobre sus respectivas deudas, dentro de una rebaja de notas generalizada que la agencia ha extendido a nueve países de la eurozona.
En este sentido, la agencia también ha rebajado en dos escalones la calificación de Italia, desde ‘A’ a ‘BBB+’ –la equipara a la de Irlanda–, y la de Portugal, desde ‘BBB-‘ a ‘BB’, lo que la sitúa en grado denominado como ‘bono basura’. Por su parte, la nota de Chipre baja de ‘BBB’ a ‘BB+’, mientras que Malta pasa de ‘A’ a ‘A-‘, Eslovaquia de ‘A+’ a ‘A’ y Eslovenia de ‘AA-‘ a ‘A+’.
La agencia basa estos cambios en que las iniciativas políticas adoptadas en Europa en las últimas semanas «podrían no ser suficientes» para resolver la crisis actual y problemas como el menor acceso al crédito, los riesgos dentro de las entidades emisoras, el intento generalizado de desapalancamiento tanto de gobiernos como de familias, las peores perspectivas de crecimiento y la «abierta y prolongada» disputa que mantienen los distintos países a cuenta de cómo resolver los retos actuales.