El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha asegurado este miércoles que, en su opinión, sería «perfecto» que los controles a las cuentas autonómicas se hicieran cada tres meses, pero en todo caso ha dicho que deben ser controles «suficientes» porque lo que hay ahora no ha funcionado a la vista de la desviación de los objetivos de déficit público de las comunidades.
De Guindos, en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press, ha subrayado que el Gobierno «no pretende hacer de policía» de las comunidades autónomas, aunque ha subrayado que tiene que haber transparencia y la asunción de responsabilidades por parte de las comunidades en el objetivo de la estabilidad presupuestaria.
El ministro ha insistido en que el déficit fijado para este año es del 4,4% del PIB, que el cumplimiento de los compromisos con Bruselas es ineludible e imprescindible para volver a generar confianza, pese a que no va a ser «ni sencillo ni fácil» conseguirlo y ha costado medidas «dolorosas» como el recargo temporal en el IRPF.
De Guindos, que ha descartado una subida del IVA y la implantación por ahora del copago sanitario, ha dejado claro que España cumplirá sus objetivos, a pesar de que el FMI ha dicho lo contrario, y ha recordado que esta institución, a la que él «toma en serio» por ser una referencia importante, se equivoca también de vez en cuando.
El ministro se ha referido también a la reforma laboral, de la que ha dicho que es el «punto clave» para generar confianza, incluso más importante si cabe que el ajuste presupuestario que España debe llevar a cabo, habida cuenta de que el país tiene una tasa de paro del 22%. En este sentido, ha recordado que España ha sido el país donde más se ha deteriorado el mercado laboral durante la crisis, más incluso que en los países que han tenido que ser rescatados.
De Guindos ha señalado que la reforma laboral del Gobierno introducirá cambios en la negociación colectiva y simplificará la «selva incomprensible» de contratos que hay en España, pero no hasta llegar a un único contrato. «Yo cuando hablé de eso me refería a un contrato con cláusulas iguales para todos los jóvenes», ha precisado en alusión a la polémica que generó su artículo de opinión en ‘The Wall Street Journal’.
Para el ministro, que ha precisado que el coste del despido no es el principal problema, el acuerdo salarial alcanzado entre sindicatos y empresarios es positivo y una buena «plataforma de salida» para la reforma del mercado laboral que está diseñando el Gobierno y que entrará en todos aquellos aspectos en los que los agentes sociales no han sido capaces de llegar a acuerdos.
Por otro lado, y en relación a su pasado en Lehman Brothers, entidad que quebró mientras ocupaba la Presidencia del banco para España y Portugal, el ministro ha asegurado que «si se considerara responsable lo más mínimo de la crisis económica mundial», no sería ahora ministro de Economía.
Recortar el beneficio de los bancos
El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha avanzado que las nuevas exigencias de provisiones al sector financiero, cuantificadas en alrededor de unos 50.000 millones de euros, van a reducir el beneficio de los bancos, y ha dejado claro que para este saneamiento no se destinará dinero público.
«Se va a pedir más esfuerzo que supone reducir el beneficio de los bancos. Pero el sector se va a sanear», explicó De Guindos.
El ministro aseguró además que si el saneamiento se produce a través de fusiones las entidades resultantes serán «más eficientes», lo que relacionó con la normalización del crédito.
Para el titular de Economía, los bancos y cajas de ahorros «se están llenando» de activos inmobiliarios sobrevalorados en el mercado, que a su vez dificultan su venta. En este sentido, avanzó que con las exigencias de provisionar estos pisos para ajustar su valor, el precio de la vivienda descenderá «más». «La contracción del crédito no puede continuar», esgrimió.
De Guindos, quien volvió a descartar la creación del conocido como ‘banco malo’, garantizó que el Gobierno «no se va a meter» en las «parejas» que surjan de la segunda oleada de fusiones. Ahora bien, exigió nuevas entidades con «mejor» gobierno corporativo y «mayor transparencia».
Y es que el ministro aseguró «tener preocupación» por los sueldos de los directivos de las entidades que han recibido algún tipo de ayuda pública durante la primera fase de reestructuración.
«El Gobierno es consciente de los muchísimos esfuerzos que está pidiendo a la ciudadanía», admitió, para después hacer extensible este «esfuerzo» a los ejecutivos de las entidades intervenidas.
No cifra el límite a sueldos de directivos
De Guindos recordó que está pendiente que el Banco de España remita al Gobierno un informe sobre la «adecuación» de las retribuciones de las entidades con ayudas públicas, si bien no quiso entrar en cifrar un límite a estos sueldos.
Por último, diferenció entre las cajas intervenidas por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), en las que garantizó el «control absoluto» de los sueldos de la cúpula, y de otras que recibieron ayudas públicas, como Bankia.