El saldo total de crédito hipotecario de las entidades financieras se estableció en 1.009 billones de euros al cierre de 2011, lo que supone un desplome del 6% respecto al año anterior, y la mayor caída de la historia registrada.
Así se desprende de los últimos datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), que confirman la contracción que sufre esta actividad en España desde hace cuatro años y que contrastan con los crecimientos superiores al 20% que llegó a experimentar en la fase más aguda del ‘boom’ inmobiliario en España.
El volumen de nuevas contrataciones de hipotecas no es suficiente para cubrir el ritmo de amortizaciones, lo que coincide con el aumento del precio de las hipotecas que conceden las entidades a raíz de la creciente percepción del riesgo de impago ante el elevado nivel de paro.
La AHE prevé que, al menos durante la primera mitad del año, el crédito hipotecario mostrará una tendencia similar a la observada en 2011. En términos absolutos, el saldo hipotecario ha experimentado un descenso neto anual de 67.271 millones de euros.
Solo en el mes de diciembre, el saldo se contrajo en 8.006 millones de euros, lo que arroja una disminución del 0,5% respecto al mismo periodo del 2010. Hace exactamente un año, la actividad descendía a un ritmo del 2,1%.
Menos inversión inmobiliaria, menos crédito
Según la asociación, el descenso de la inversión inmobiliaria por el estancamiento de la actividad en el sector a lo largo del ejercicio 2011 ha ocasionado una fuerte disminución de la nueva contratación hipotecaria a lo largo del año, situación que podría prolongarse en 2012.
Irene Peña, economista de la AHE, indicó que la previsible evolución negativa de la actividad hipotecaria durante el presente ejercicio se explica por los pronósticos de bajo crecimiento económico y elevado desempleo, ya que afectan al segmento de población que accede a su primera vivienda.
No obstante, Peña matizó que existen otras variables que inciden en el mercado hipotecario, como los precios de la vivienda y los tipos de interés, y que ambos describirán, previsiblemente, una tendencia a la baja, por lo que podrían contrarrestar en parte los efectos de la atonía económica y el paro.
De hecho, los expertos apuntan a la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) reduzca el precio oficial del dinero en un cuarto de punto a lo largo del primer semestre, hasta situarlo en el 0,75%, lo que incide directamente en la evolución del Euríbor.
Por otro lado, el Gobierno ha aprobado una reforma financiera con el objetivo de sanear el balance de la banca por su exposición al riesgo inmobiliario que aspira a incentivar la puesta en el mercado de los activos adjudicados a cambio del pago de deudas, objetivo que, de alcanzarse, podría animar la actividad hipotecaria.