El secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Fernando Jiménez Latorre, ha recordado este miércoles que las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que avanzan que España no alcanzará el 3 % de déficit hasta 2018 se hicieron con datos anteriores a la implementación de las reformas y a los presupuestos generales del Estado (PGE).
En declaraciones a los medios a la salida de su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso, Latorre ha descartado ese aplazamiento del cumplimiento de déficit del 3 %, que Bruselas exigirá ya en 2013, y ha explicado que «cuando el FMI hizo sus previsiones ni siquiera tuvo en cuenta los presupuestos de este año».
«Las previsiones del FMI se hacen sobre medidas adoptadas, por eso las discrepancias. Pero eso no significa que con las medidas que se están adoptando y la estrategia de consolidación presupuestaria no se vaya a cumplir el objetivo de déficit el año que viene», ha apostillado.
Presupuesto ambicioso y realista
Durante la comparecencia, Latorre ha afirmado que el proyecto de presupuestos de 2012 es «ambicioso» a la par que «austero y ajustado a los retos actuales». «Hay que reconocer los problemas a los que se enfrenta la economía y hacer un diagnóstico adecuado para ajustar los desequilibrios en el corto plazo», ha señalado.
En concreto, ha hecho referencia a la «elevada deuda externa», al nivel de endeudamiento tanto público como privado (especialmente a su «preocupante crecimiento»), las deudas impagadas a los proveedores o el nivel de desempleo. «Además, el incumplimiento del déficit ha tenido un efecto muy negativo sobre la credibilidad de España», ha dicho.
Asimismo, ha reconocido que el escenario en el que el Gobierno tendrá que hacer frente a estos «desequilibrios» para encauzarlos de nuevo es «desfavorable», si bien ha valorado que partir de unas previsiones «realistas» evitará «poner en peligro la consecución de los objetivos».
En este punto, ha hecho referencia a las diferentes previsiones macroeconómicas, que apuntan a una contracción del PIB español mientras otros países de su entorno (como Estados Unidos o Japón) comienzan a recuperarse.
En esta coyuntura, se avanzará en la caída de la demanda interna, afectada tanto por los ajustes fiscales como por el paro, la devaluación de los activos y las reducciones salariales; si bien se prevé que este parámetro quede atenuado tanto por un menor ahorro de las familias como por el comercio internacional que, no obstante, crecerá a un ritmo menor. La moderación de los precios y de la inflación contribuirá a recuperar algo de competitividad.
Además, 2012 atestiguará el avance del ajuste en el sector de la construcción y la absorción de un 20% del stock de vivienda nueva existente, si bien se prevé que el paro alcance el 24,3% de la población activa.
Sin embargo, estos ajustes no serán suficientes para invertir la senda de contracción económica, por lo que el Gobierno trabajará en políticas que ataquen los desequilibrios tanto desde la vía de la austeridad y la consolidación fiscal como con el fomento del crecimiento económico, lo que pasa necesariamente por la «recuperación de la credibilidad» internacional.
Sin embargo, el portavoz socialista de Economía, Valeriano Gómez, ha afirmado que el proyecto de presupuestos no es «realista», ya que incluye unos ingresos que no se podrán alcanzar y unas previsiones de ajuste «poco creíbles», lo que no contribuye a generar confianza. «Hay 11.500 millones que no cuadran», ha alertado el diputado, en referencia a la falta de 3.000 millones para cubrir las pensiones y de más de 8.000 millones para las prestaciones por desempleo.
Además, ha tachado de «hipócrita» al Gobierno por hablar de austeridad, en referencia sobre todo a la ‘amnistía fiscal’, que provocará «por primera vez en la historia el olvido de cuotas devengadas» y ha instado a hacer una «política fiscal más activa y justa, con nuevos impuestos».
Tras reconocer la «dificultad» para salir de la crisis actual, Gómez ha coincidido con las palabras del ministro de Economía, Luis de Guindos, quien hace unos días habló de un «círculo infernal» en el que «si no se hacen los ajustes suficientes los mercados penalizan, pero si se va demasiado lejos también» porque se afecta a las posibilidades de crecimiento.
«Sabemos que el Gobierno español no es dueño del tono de su política fiscal y presupuestaria, y podemos obtener resultados de una política de consolidación fiscal y del desapalancamiento del sector privado en los países del Sur de Europa, pero los países centrales tienen que hacer lo contrario para que salgamos todos: aumentar su demanda interna y endeudamiento del sector privado», ha reclamado.
Ante estas acusaciones, Latorre ha replicado que «la confianza se perdió con la desviación de los presupuestos del año pasado» y ha puntualizado que no sólo fue porque dos puntos y medio de desvío son mucho, sino porque «nadie pudo anticiparlo con tiempo para corregirlo». «La confianza se pierde de forma rápida y cuesta recuperarla», ha zanjado.
En la misma línea, el portavoz económico del PP en el Congreso, Vicente Martínez Pujalte, ha replicado al socialista que «el cuadro macroeconómico es creíble» y que, aunque no sabe si las previsiones se cumplirán, lo que «es seguro que el de 2011 se incumplió en todos sus términos», lo que «socavó la confianza» en España más que cualquier declaración o actuación del Gobierno actual.
A renglón seguido, ha defendido que los presupuestos «no se basan en recortes sino en la eficiencia del gasto público» ya que «el objetivo del Gobierno es revertir la senda para que haya crecimiento y empleo» y, para ello, está trabajando en el «equilibrio y la austeridad», por una parte, y en una «estrategia de crecimiento», por otra.
«Se puede hacer más por menos. El grado de los servicios se mide por su calidad, no por cuántos edificios vacíos hay o cuánto se invierte aunque sea en cosas que no usa nadie», ha insistido, concluyendo con que «el objetivo de déficit es incuestionable» y que «hay que disciplinar a todas las administraciones» para lograrlo.
Regular los mercados
Finalmente, el portavoz de Economía de la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), Alberto Garzón, ha alertado del «peligro de recortar más de la cuenta» y de que los «recortes brutales» acabarán por «dañar al crecimiento». En este punto, ha recomendado al Gobierno que, ya que los mercados «no se contentan ni con muchos recortes ni con pocos», empiece a «regular a los mercados para que obedezcan a las directrices de la política económica y no se subordine a su criterio de rentabilidad cortoplazista».
Además, ha preguntado sobre los planes para atajar los problemas derivados de la elevada deuda privada, proponiendo «imitar a Islandia» y «reestructurar la deuda de las familias», además de diseñar un modelo productivo sostenible para el futuro y empezar a proponer soluciones para la economía real, que con la contracción actual «no es rentable» lo que hace que las entidades financieras prefieran invertir en las economía especulativa.
«El problema real está en la economía real, en la demanda, en el empobrecimiento de la gente… y el sistema financiero no está cumpliendo su función. ¿Cuándo espera el Gobierno que se vuelva a crecer y a crear empelo?», ha preguntado el diputado.