El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha avisado de que una vez «agotadas» las opciones para una recapitalización privada de la banca a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) puede ser necesario un «mayor recurso a la financiación pública» para preservar la estabilidad financiera y rescatar entidades «problemáticas».
En un informe de un equipo de evaluación del organismo liderado por Christine Lagarde, se insta a continuar «profundizando» en la estrategia de reformar el sector bancario, y para ello prioriza el tratamiento de forma «global y efectiva» de los activos problemáticos.
En este sentido, el FMI sugiere la posibilidad de fijar sociedades públicas o privadas «especializadas» en la gestión de activos tóxicos, tal y como se plantean el Banco de España y el Ministerio de Economía.
Eso sí, identifica a diez bancos como «vulnerables», de los cuales cinco ya han sido adquiridos o fusionados con otras entidades solventes y otros tres están en procesos de subasta. Para los dos bancos restantes, «en particular el del mayor tamaño» en alusión a Bankia, que han recibido el visto bueno del supervisor para cumplir con las exigencias de la reforma, los expertos del FMI aconsejan a tomar medidas «rápidas y decisivas» para fortalecer sus balances.