Concluye en Oporto la XXV Cumbre luso-española. Un encuentro de marcado carácter económico, en el que paradójicamente no han estado presentes ni el ministro de Economía, Luis de Guindos, ni el de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro. No obstante, tanto el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, como el primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, sí han tenido ocasión de tratar largo y tendido sobre la «preocupante situación económica» que sufren los dos países que lideran. Especialmente España, materializada en la reciente crisis bancaria que padece, y muy concretamente de Bankia. Que esta semana comenzó con el anuncio de su saneamiento. Continuó con la dimisión de su presidente, Rodrigo Rato. Y al final ha concluido con rumores de nacionalización.
Mariano Rajoy no ha querido ni confirmar ni desmentir nada. Simplemente se ha remetido a la nueva cúpula directiva de la entidad, presidida por José Ignacio Goirigolzarri, como la encargada de tomar una decisión de tal calibre. El presidente, sin embargo, sí ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad a los depositarios y ha asegurado que el Ejecutivo «hará lo que tenga que hacer» para salvaguardar el sistema financiero y garantizar la estabilidad del país. No obstante, todas las informaciones que circulan por el Centro de exposiciones de la Alfandega es que este anuncio es inminente y podría producirse esta misma noche. Por el momento, la única información que parece confirmada es que Goirigolzarri ha pedido la nacionalización de la matriz bancaria.
Según Rajoy, las medidas que el Gobierno adoptará «este viernes y antes» para completar el saneamiento de la banca española repercutirán en la solución de «buena parte» de los problemas económicos que atraviesa España. «Son decisiones importantes y de calado. Son momentos difíciles y duros, pero hay que tener coraje y las ideas claras», ha asegurado el líder español en la rueda de prensa que ha concedido en Oporto junto al líder portugués.
El presidente del Gobierno ha adelantado además que la nueva fase de la reforma financiera «profundizará» en el ajuste de los precios de las viviendas, con el fin de adecuarlos a su valor en el mercado y así estimular la venta de inmuebles. Tal y como ha explicado Rajoy, estas medidas facilitarán la concesión de crédito y despejarán las dudas sobre las entidades financieras españolas. «Sabemos qué hay que hacer y lo vamos a hacer», ha aseverado el líder del Ejecutivo, en un día negro para las finanzas y la economía española con la Bolsa por los sueldos (por debajo de los 6.800 puntos) y la prima de riesgo por la nubes, en el entorno de los 450 puntos.
Elsa Sardina Vejo (Enviada Especial)