Los líderes de la Unión Europea se han reunido este miércoles durante varias horas para debatir los pasos a dar para hacer frente a la crisis que atenaza al ‘Viejo Continente’, sin embargo, no han conseguido llegar a ninguna conclusión que no se conociera ya antes. Por un lado, existe una profunda división entre los países respecto a la emisión de eurobonos y, por otro lado, Europa mantendrá su apoyo a Grecia siempre que el país respete los compromisos marcados desde Bruselas.
Los eurobonos han sido los protagonistas de una sesión en la que han quedado patente las distancias entre Alemania y Francia a raíz de la llegada del socialista François Hollande al Elíseo. La canciller germana, Angela Merkel, ha admitido las diferencias entre sus posturas. «Cada uno de nosotros ha hablado una vez y hemos articulado diferentes opiniones sobre los eurobonos», indicó Merkel en una breve rueda de prensa posterior a la cumbre.
Merkel alega que para la introducción de eurobonos se requeriría una «coordinación económica mucho más fuerte y tendríamos dificultades importantes en lo que se refiere a las posibilidades de establecer un acuerdo, si pensamos en el pacto fiscal» cuando la oposición del Reino Unido imposibilitó incorporar las normas al Tratado de la UE, recalcó. Dos de las propuestas de la Comisión Europea para introducir eurobonos requerirían cambiar o enmendar el Tratado.
«Hubo una discusión desigual sobre el tema de los eurobonos, pero fue muy equilibrada y desde el punto de vista de las diferentes perspectivas», señaló Merkel, quien explicó que Hollande ha defendido la emisión de deuda común en la eurozona tal y como había anunciado en los últimos días. «Fue un debate muy diferenciado», concluyó. Miembros de la UE como España, Austria o los Países Bajos se alinean en esta postura.
Por el contrario, Francia lidera a otras naciones como Italia, que propugnan la emisión de deuda conjunta para estabilizar la economía de la región. Según el primer ministro italiano, Mario Monti, la mayoría de los países de la UE respaldan esta opción, a excepción de los miembros del norte del continente. «El tema está claramente sobre la mesa, hay consenso entre países que son de la zona euro y otros que no, como Reino Unido», destacó el primer ministro italiano, quien se mostró optimista al afirmar que el debate avanza, aunque lentamente.