El debate económico probablemente más decisivo de toda nuestra historia democrática se ha despachado en menos de diez minutos. El veto del PP a la “comparecencia urgente” del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que reclamaron este martes “todos” los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados; ha impedido que este miércoles se discutiera largo y tendido sobre una de las cuestiones más trascendentales para la economía española: los 100.000 millones de euros que el Eurogrupo concedió el pasado sábado a España para sanear la banca. Para unos, “un rescate en toda regla”; para otros, una “ayuda que permitirá a España superar la grave crisis en la que se haya inmersa”.
El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, ya dijo este martes que el presidente del Gobierno comparecerá y “explicará todo”, pero que no será “ahora”, sino después de todas las citas internacionales previstas en agenda para este mes de junio. Todo hace presagiar que estas explicaciones no llegarán hasta la segunda semana de julio, aunque algunos grupos parlamentarios no han perdido la ocasión que este miércoles les brindaba la sesión de control al Gobierno, en la que el presidente estaba presente, para comenzar a cuestionar la labor gubernamental. Éste ha sido el caso concreto del PSOE, que incluso ha cambiado todas las preguntas que en un principio tenían preparadas para este pleno, para centrarlas en el rescate bancario por parte de la Unión Europeo que este sábado se nos comunicó, y que el presidente y todos los miembros del Ejecutivo se han negado ha identificar como tal. Sin duda, una palabra ya ‘maldita’ para la legislatura ‘popular’; como lo fuera en su momento la palabra crisis para el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. “Eurocrédito” o “ayuda bancaria” han sido las expresiones que el Gobierno ha preferido emplear para abordar la controvertida cuestión.
En estos términos han sido en los que el presidente del Gobierno ha decidido pronunciarse este miércoles en relación a las cuestiones planteadas por Joan Coscubiela (ICV), Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE) y Rosa Díez (UPyD), los encargados en esta ocasión de interpelar al líder del Ejecutivo. Las preguntas no han sido las mismas, pero sí los argumentos esgrimidos por el presidente en sus respuestas. Su discurso no ha variado ni un ápice del que desde que llegó al poder lleva defendiendo, pese a que ni la prima de riesgo ni la Bolsa le dan tregua. Según Rajoy, los problemas de España están bien identificados: la elevada deuda externa, el derroche de las administraciones públicas en tiempos pasados y la falta de competitividad y flexibilidad de nuestro sistema económico.
“Las decisiones son duras y difíciles de tomar”, ha reconocido el presidente del Gobierno, “pero soy el presidente, y me he encontrado con la situación que me he encontrado, y ahora lo tengo que solucionar”, ha continuado. En este sentido, ha vuelto a recordar los cinco puntos en los que se basa su actuación, y que ya se han convertido en su máxima gubernamental: el control del déficit público , las reformas estructurales, reformas en Europa, mayor integración fiscal y financiera en la Unión y liquidez y sostenibilidad de la deuda. Ésta última, especialmente importante en el momento en el que nos encontramos, en el que el dinero no fluye en forma de crédito, y “nos está siendo imposible autofinanciarnos”. “Debemos celebrar que nuestros socios de la UE nos hayan ayudado”, ha insistido Rajoy, igual que hiciera en su intervención del domingo.
«España ni tiene esos 100.000 millones que necesita la banca española para sanearse, ni podemos emitir deuda pública». Así se ha explicado Rajoy en su turno de réplica al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, que le ha preguntado su opinión sobre el rescate, y para cuya respuesta ha vuelto a recurrir a la herencia recibida. Tal y como ha recordado el presidente, en 2009, los países de la UE ya recibieron más de un billón de euros para sanear la banca, pero en España no se quiso hacer eso, sino que se dijo que se tenía el “mejor sistema financiero del mundo”. “Sin crédito no somos solventes (…). No comprendo cómo no lo entiende”, le ha espetado el presidente al socialista, no sin antes recordar que es un crédito que “pagará la propia banca”.
«El diablo está en los detalles»
No obstante, la ayuda la recibirá el Gobierno de España, y a partir del FROB la destribuirá a la banca. La idea del Ejecutivo es que las entidades sean las últimas responsables de este dinero. ¿Pero qué ocurrirá si las entidades financieras no cumplen al final? Es decir, si no devuelven el dinero. Éste es uno de los mayores miedos que se ha podido percibir en el Hemiciclo. Y que el líder socialista también ha recordado al presidente: «El rescate tiene una letra pequeña que conviene estudiar a fondo, ya que el diablo está en los detalles». Por este motivo, los socialistas defienden la creación de una comisión de investigación que «examine a fondo» lo ocurrido en el sistema financiero, que «supervise» el rescate y que «haga un ejercicio de transparencia hacia adelante y hacia atrás».
Por otra parte, Rubalcaba también ha afirmado que en el Parlamento hay que discutir si, «como dicen algunas voces de Bruselas», lo que eran sugerencias de la Comisión en torno al programa de estabilidad han pasado a ser obligaciones. En ese caso, ha proseguido, estarían pagando «justos por pecadores», algo que, «no puede ser». «Y sobre todo estaríamos haciendo algo que es ineficiente desde el punto de vista económico: ajustar, ajustar y ajustar», ha recalcado, para mostrarse «completamente seguro» de que España está recortando por encima de su posibilidades y si se sigue ajustando no se va a crear empleo sino complicar más la situación.
Una cuestión que el presidente no ha aclarado, pero sí el ministro de Economía, Luis de Guindos, que en su intervención de este miércoles en el Congreso ha insistido en que es una «ayuda más que suficiente» para salvar la situación, y que no incluye ninguna condicionalidad macroeconómica para España. «No hay nada nuevo», ha dicho De Guindos, tras asegurar que los procedimientos ahora en marcha continuarán «su curso» y que no habrá más condiciones para España de las que ya se pidieron a través del procedimiento de déficit excesivo sobre el que «en breve» se pronunciará el Ecofín y el Consejo Europeo.
El «res-ca-te» de Rosa Díez
No obstante, y si hubiera que destacar una de las intervenciones de este miércoles en el Congreso, ésa ha sido la de la portavoz de UPyD, Rosa Díez. La parlamentaria ha pedido al presidente del Gobierno que no tenga miedo a hablar de «rescate» cuando se refiere a los 100.000 millones que este fin de semana le ha concedido la Unión Europea a España para acabar con el problema de «insolvencia» de la banca española. «Dígalo conmigo: res-ca-te. Rescate limitado, rescate financiero, rescate ligth, rescate maravillo, pero rescate», ha animado con ironía y sorna la líder de Unión Progreso y Democracia al líder del Ejecutivo español.
Según Díez, el reconocimiento de la «realidad» es el primer paso que Rajoy debe de dar para comenzar a solucionar el problema. Y ha recordado al presidente, que si a Zapatero «no le pasó nada» por hablar de crisis, a él tampoco le pasará por «reconocer la verdad, por hacerlo en sede parlamentaria y por llamar al rescate, rescate». «¿Se acuerda cuando yo le decía a Zapatero que había que llamar las cosas por su nombre y que debiera pronunciar la palabra crisis porque había una crisis y que no le iba a pasar nada por hacerlo? Ustedes asentían», ha recordado Díez a Rajoy.
Una pregunta a la que el líder del Ejecutivo ha contestado con burla: «Lo cierto es que no me acuerdo de sus intervenciones pasadas en el Congreso, porque no estoy tan pendiente de usted». No obstante, y hecha esta aclaración, Rajoy ha indicado que el país está viviendo una situación «muy difícil» que exige «tomar medidas» y que, para ello, los españoles eligieron un Gobierno «sólido, de mayoría, que ha hecho un diagnóstico veraz de la situación, que ha establecido un plan y que lo está llevando a cabo».
Sobre la petición de pacto de Estado que ha vuelto a proponer este miércoles Rosa Díez en el Congreso, Rajoy también se ha mostrado duro y tajante. «Debería ser usted un poquito más coherente. Yo estoy dispuesto a escucharla atentamente si se le ocurre alguna idea pero, mientras tanto, yo lo que tengo que hacer es gobernar, y si quiere apoyar al Gobierno, apoye las reformas que estamos haciendo que tienen un gran apoyo dentro y fuera de España», ha concluido el presidente.