El expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, ha pedido al banco que no aplique la cláusula de concurrencia de su contrato, que evita que pueda trabajar en cualquier entidad financiera en los próximos dos años, con lo que renuncia formalmente a la posible indemnización de 1,2 millones de euros que le correspondería.
A la espera de que el comité de retribuciones de Bankia se reúna y tenga que tomar una decisión al respecto, Rato ha comunicado a su sucesor al frente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, la renuncia explícita a ese posible pago. En una carta a la que ha tenido acceso Efe, el exvicepresidente del Gobierno recuerda que en su contrato como primer ejecutivo de Bankia, firmado a principios de septiembre del pasado año, existía una cláusula, con la que se puede impedir que acabe trabajando en otra entidad financiera.
Estas cláusulas, que se denominan «pactos de no competencia», son habituales entre los altos directivos de las grandes empresas y de hecho, el propio Goirigolzarri tenía una que le permitió abandonar BBVA, comprometiéndose a no trabajar para otras entidades en los dos años siguientes. El objetivo principal de estas cláusulas es impedir que la información confidencial que manejó una persona clave en una compañía acabe llegando a un competidor.
El comité de retribuciones deberá decidir si se aplica esa cláusula y mantiene el pacto de no concurrencia post-contractual con Rato, lo que lleva aparejado una indemnización de 1,2 millones de euros, equivalente a dos anualidades del expresidente. Ésa es la explicación por la que Rato, aunque dimitió como presidente de Bankia, puede llegar a cobrar esa compensación, que dependerá en última instancia del nuevo equipo del grupo financiero.