Comienza una semana complicada en la que muchas miradas se centrarán en París y será crucial para el futuro del euro y el problema de la deuda. También merecerá especial atención las condiciones a la ayuda financiera a los bancos españoles. El Gobierno de Mariano Rajoy tiene previsto pedir este lunes formalmente la ayuda financiera para los bancos.
Por otro lado, este jueves dará comienzo la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de todos los países de la Unión Europea en el que analizarán nuevas medidas para impulsar el crecimiento en tiempos de crisis en la Eurozona.
El montante de la ayuda bancaria a España tendrá un límite del 100.000 millones de euros. Esta ayuda será distribuida por el FROB, el Ejecutivo está luchando para que dicho préstamo no pase por las manos del Estado sino que vaya directamente a los bancos que lo necesiten y a´si no afecte a la deuda española, pero para que eso ocurriera habría que cambiar estatutos europeos.
Por su parte, fuentes de la UE señalan que tratarán de minimizar el impacto del paquete de ayuda en la economía española con varias posibles medidas. Una de las posibilidades que hay sobre la mesa es alargar el plazo del préstamo que se concederá para la banca para que el impacto en el aumento de la deuda se diluya.
De Guindos espera que el memorándum con las condiciones que se impondrán a los bancos y al conjunto del sistema financiero a cambio de la ayuda europea se acuerde en la reunión del Eurogrupo del 9 de julio. La cantidad final que pedirá España al fondo de rescate se decidirá una vez terminen las negociaciones. El ministro de Economía espera que el préstamo sea a largo plazo, de más de 15 años, cuente con un periodo de gracia entre 5 y 10 años y tipos de interés de entre el 3% y el 4%.
El ministro de Economía considera que la recapitalización directa de la banca sigue siendo una posibilidad abierta para España si los líderes europeos llegan a un acuerdo en este sentido en las próximas semanas o meses.
Segundo examen de la banca española
El Gobierno prevé que el segundo examen detallado sobre la banca española que se conocerá en septiembre concluya que el sistema financiero necesita menos de 62.000 millones de euros de capital adicional para sanearse. Las cuatro grandes auditoras, Deloitte, KPMG, PwC y Ernst & Young, están verificando la clasificación de los créditos de la banca para determinar las necesidades de capital de cada entidad, y presentarán la información contable el 31 de julio.
Posteriormente y a la luz de este análisis contable de las auditoras, una de las dos consultoras (Oliver Wyman o Roland Berger) realizará una nueva prueba de esfuerzo para evaluar la capacidad de absorción de pérdidas de las entidades de forma individualizada. Así, se conocerán las necesidades de capital entidad por entidad el próximo mes de septiembre y se requerirá que preparen planes de capitalización indicando cómo van a cubrir los déficit de capital, en su caso, para asegurar su viabilidad a largo plazo.
Aún no se ha fijado de qué forma se materializará el respaldo de recursos públicos para las entidades que los requieran para sanearse, ya que podría concretarse en forma de inyecciones de capital o de bonos contingentes convertibles. Estos bonos, conocidos como ‘cocos’ en jerga financiera, podrían llevar aparejado un tipo de interés superior al 8%, mientras que las inyecciones de capital no acarrean una remuneración para el beneficiario.