El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha comparecido este martes a petición propia en la Comisión Económica del Congreso de los Diputados, un día después de que España solicitara formalmente a la Unión Europea una «asistencia financiera» de hasta 100.000 millones de euros para salvar a la banca nacional. «La cantidad todavía no está decidida», ha dicho el titular de Economía, «aunque contamos con un margen más que suficiente», ha rematado. Según el informe de los evaluadores independientes que el Gobierno encargó el pasado mes de mayo a las auditoras Roland Berger y Oliver Wyman, la banca necesita entre 51.000 y 62.000 millones para cubrir sus necesidades de capital. Aunque aún deberemos de esperar hasta el próximo 9 de julio, a la firma del Memorándum de Entendimiento de la línea de crédito, para conocer todos los detalles.
En sus explicaciones no ha habido mucha concreción, pero De Guindos sí ha adelantado que las entidades que pidan ayuda pública deberán de presentar un plan de reestructuración para corregir su vulnerabilidad y habrá condiciones horizontales para el conjunto del sistema, así como también medidas adicionales que pueden consistir en la segregación del balance que contienen los activos problemáticos (bancos malos). Ésta última, una medida que el Gobierno -pese a sus reticencias- ya ha empezado a negociar con la UE, puesto que según ha reconocido el ministro «le gusta a la Comisión Europea».
De Guindos insiste en las buenas condiciones del préstamo europeo
No obstante, hasta este momento, todos son «posibles» requisitos, puesto que no hay ningún plan cerrado al respecto. «Las condiciones las iremos viendo, y como es normal, antes de que finalice julio vendré a explicarlas», ha dicho De Guindos, que también ha insistido en las buenas condiciones del préstamo. «Los términos de la línea de crédito serán mucho más favorables que las que tendría que soportar el FROB si tuviera que acudir a los mercados», ha sentenciado el ministro. Una declaración con la que el Gobierno finalmente reconoce que no habrá inyección directa a la banca. Ésta era una de las principales peticiones españolas en Bruselas, para evitar engordar la deuda pública y generar mayor desconfianza en los mercados, pero la negativa alemana se ha impuesto. Tal y como ha explicado el ministro de Economía, el FROB será el agente intermediario del Gobierno para sanear la banca, «respetando la normativa europea sobre ayudas de Estado».
En este sentido, De Guindos ha remarcado que no habrá condiciones macroeconómicas para España -como ya ha insistido el Gobierno en numerosas ocasiones- y que serán aquellas entidades que reciban ayudas públicas las que deberán cumplir con una serie de condicionalidades. Ahora bien, y tal y como ha explicado el ministro, España seguirá sujeta al procedimiento de déficit excesivo obligatorio para los miembros de la Comisión Europea que incumplan el objetivo. «Es evidente que seguirán supervisando nuestra política económica y fiscal dentro de la estrategia para reducir el déficit público», ha sentenciado el titular de Economía.
La ayuda servirá para sanear el sistema financiero español y recuperar la confianza
Según de Guindos, la ayuda europea es una muestra más que evidente de que el Gobierno cuenta con el apoyo de Europa y de los principales líderes del mundo y servirá para sanear el sistema financiero español, recuperar la confianza y lograr que fluya el crédito. A su juicio, las medidas que se están aplicando en el sector financiero suponen un ejercicio de transparencia sin precedentes con el fin de disipar las dudas sobre los activos financieros relacionados con el crédito promotor. “Un ejercicio que no tiene parangón hasta la fecha ni en España ni en nuestro entorno”, ha recordado.
Tal y como ha explicado el ministro de Economía, las vulnerabilidades del sistema financiero español se concentran en un pequeño grupo de entidades que ya han sido intervenidas o ayudadas por el FROB. Aunque en términos generales, el sector está «sano». Según ha recordado De Guindos, las necesidades máximas de la banca (62.000 millones), responden a un escenario muy adverso en el que el PIB caería un 6,5% en tres año. El ministro ha asegurado que a tenor de esos informes, las tres entidades principales -BBVA, Santander y Caixabank- no necesitarán ningún tipo de ayuda. «Las que tienen más dificultades son las que han solicitado ayuda al Estado», ha advertido.
La culpa, de Zapaptero
Respecto a los motivos que nos han conducido a esta situación, el Gobierno lo tiene claro: la herencia recibida del anterior Ejecutivo socialista. Según el ministro, el actual Gobierno llegó al poder y se encontró que en el pasado hubo «errores muy graves que ahora se están corrigiendo para que no vuelvan a suceder». De Guindos ha recordado que desde 2003 hasta 2009, el crédito en España pasó de 800.000 millones a 1,85 billones, es decir, creció mucho más rápido que la economía.
Pero además, lo mismo sucedió con los créditos para la promoción inmobiliaria, de 78.000 millones a 325.000 millones; o con la dependencia de la financiación externa. En los últimos ocho años, la deuda neta externa de España casi se ha quintuplicado y se ha visto un crecimiento acelerado del crédito que ha generado una burbuja sin precedentes con dinero del exterior, ha reprochado De Guindos. Por eso, en su opinión, en el futuro se deberá redoblar la atención y controlar el crecimiento «desmedido» del crédito, la formación de burbujas o la alta dependencia de las entidades a la financiación externa.
Desde 2003 hasta 2009, el crédito en España pasó de 800.000 millones a 1,85 billones
Cesión de soberanía
Por último, el ministro ha confiado en que la cumbre de líderes europeos que se celebra el próximo jueves y viernes en Bruselas sirva para sentar las bases para la unión bancaria y fiscal de la UE, que conllevará en un futuro al cese de una mayor soberanía nacional. «En esa cumbre nos jugamos una parte muy importante del futuro del euro», ha advertido De Guindos en su último turno de intervención en el Congreso.
El ministro ha explicado que los mercados de capitales en la unión monetaria se han renacionalizado, lo que ha hecho que las diferentes entidades se hayan vuelto a centrar en sus estados. «Es un paso atrás muy importante porque cuando el euro se lanzó, permitió proceso de integración financiera enorme y eso estuvo detrás del éxito del euro», ha afirmado. Por eso, en su opinión, la cumbre de esta semana será fundamental para establecer hitos en la unión bancaria y para que haya un plan concreto y específico de unión fiscal que conllevará la cesión de soberanía nacional. Una vez sentadas las bases, el plan para lograr una unión fiscal y bancaria se tendrá que complementar en los próximos meses, con el fin de dar pasos decisivos para corregir «errores de la construcción europea».
Elsa S. Vejo/Agencias