El Gobierno de Mariano Rajoy endurecerá la exigencia académica para acceder a las becas estatales en el próximo curso académico 2012-2013. Así lo ha confirmado este viernes el ministro de Educación, José Ignacio Wert, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que ha presentado el primer informe sobre la próxima reforma educativa y que incluye modificaciones en Ley Orgánica de Educación (LOE) de 2006, así como también en el Real Decreto por el que se establecen los umbrales de renta y patrimonio familiar y las cuantías de las becas y ayudas al estudio para el curso que viene. En palabras del ministro, un cambio en la política de becas que mantendrá los umbrales de renta, pero que introducirá una «modificación prudente y escalonada» de las exigencias del rendimiento académico.
Tal y como ha explicado Wert, a partir del próximo año, aquellos alumnos que quieran acceder a una beca salario en el Bachillerato o a una beca general universitaria deberán tener al menos una nota media de un 5,5 y tendrán que aprobar el 50% de los créditos matriculados si no quieren tener que devolver el dinero al final del curso. Además, los créditos necesarios para mantener la ayuda en cursos posteriores también se elevará: superar el 100% de los créditos en la mayoría de las carreras, excepto en Arquitectura e Ingeniería que será del 85%. Según el ministro, la beca es uno de los elementos más importantes del sistema educativo español. «Los 1.235 millones que se destinan a estas ayudas suponen el 66% del presupuesto», ha dicho el titular de Educación, que ha recordado que a pesar de la «dificultad de la situación», su Departamento mantendrá en su totalidad el importe destinado para esta partida.
Una ambiciosa reforma educativa que va a tener forma de ley orgánica y cuyos principales puntos se debatirán con la comunidad educativa hasta su definitivo diseño y aprobación en otoño. Se trata, según Wert y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, de mejorar la calidad educativa, acabar con el fracaso y el abandono escolar y aumentar las posibilidades de empleo. Y de hacerlo conjuntamente. No sólo contando con los académicos, sino también con el resto de colectivos sociales y fuerzas políticas del país.
Por el momento, y tal y como ha adelantado el ministro de Educación, la nueva normativa se fundamentará en dos elementos claves. Por un lado, el reto de la equidad. Es decir, ser capaces de garantizar que nadie se queda al margen del sistema. Y por otro lado, poner en relieve que no todos los alumnos tienen los mismo talentos y que es necesario llevar a cada uno al óptimo de su potencial (universidad o FP). Según el ministro Wert, durante muchos años se han hecho creer a las familias que tener un hijo haciendo Formación Profesional le convertía en un ciudadano de «segunda». «Hay que acabar con esos fantasmas», ha sentenciado, «si queremos hacer de éste un sistema óptimo», ha continuado. ¿Cómo?: «Fijándonos más en los resultados y no tanto en los recursos», ha aseverado.
Los retos del ministro están claros. En primer lugar, reducir la tasa de abandono escolar temprano que actualmente se sitúa en un 26,4%. En segundo lugar, mejorar los resultados. En palabras de Wert, no puede ser que en España sólo un 3% de los estudiantes de 15 años obtiene la excelencia, mientras que la media europea es del 8%. En tercer lugar, mejorar el rendimiento. Y en cuarto y último lugar, mejorar los desajustes que generan las circunstancias actuales. «Que tengamos un tasa del 54% de paro juvenil demuestra que algo no estamos haciendo bien», se ha lamentado el ministro de Educación, para quien la solución pasa por establecer «palancas de cambio».
En este nivel ha situado a la «cultura de la evaluación», la «elección de itinerarios alternativos» y el refuerzo en «materias instrumentales». Respecto a la primera de las recetas, Wert cree conveniente realizar evaluaciones «censales, externas y nacionales» al final de cada etapa. Las pruebas serán diseñadas por el Gobierno en la parte de enseñanzas mínimas y por las Comunidades Autónomas en la parte restante. Por otra parte, el Ministerio de Educación contempla adelantar a 3º de la ESO la elección del itinerario hacia la Formación Profesional o el Bachillerato mediante la combinación de asignaturas optativas y convertir 4º en el «curso de iniciación» hacia cualquiera de estos dos caminos. Una vez en FP de grado medio, se facilitará el acceso a FP de grado superior. Y ya en última instancia, ha propuesto reforzar asignaturas como matemáticas, ciencias, lengua e inglés y reducir el número de vías y de asignaturas optativas, porque, en su opinión, «distraen» de las principales. «Una alumna de 4º de la ESO puede optar por una combinatoria de hasta 56 posibilidades; en Bachilletaro, hasta 500», ha alertado.