El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha empeorado en dos y seis décimas sus previsiones de crecimiento de la economía española en 2012 y 2013, respectivamente, debido a las nuevas medidas de ajuste anunciadas en el Gobierno, pese a lo cual no cree que España alcance su objetivo de reducir el déficit por debajo del 3% en 2014 sin adoptar nuevas medidas.
Según recogen los documentos correspondientes a la evaluación anual de la economía española del Artículo IV del FMI, el PIB español se contraerá un 1,7% este año y un 1,2% en 2013. En su anterior estimación, publicada el 16 de julio y que no recogía las últimas medidas de ajuste, preveía que una contracción de la economía del 1,5% este año y de seis décimas el próximo.
«El FMI espera que las nuevas medidas de consolidación fiscal tengan un impacto significativo en el crecimiento, especialmente en 2013», señala el FMI, que prevé que España crezca un 0,9% en 2014, un 1,6% en 2015 y un 1,7% en 2016 y 2017.
Respecto al desempleo, prevé que siga aumentando hasta el 24,9% este año, para descender levemente al 24,7% en 2013, aunque espera que este incremento se vea mitigado por las menores contribuciones a la Seguridad Social y por la reciente reforma del mercado laboral.
Incumpliremos los objetivos en 2014
Por otro lado, calcula que el nuevo paquete fiscal, las medidas de los gobiernos regionales y las medidas estructurales están en línea con las recomendaciones del FMI, y en su conjunto, tal y como están diseñadas, equivaldrán al 2% del PIB en el periodo comprendido entre 2012 y 2014.
El FMI apunta que esto llevará al déficit en 2012 y 2013 cerca de los nuevos objetivos marcados, pero considera que serán necesarias nuevas medidas en 2014 y en los años posteriores, por ejemplo en el lado del IVA, para alcanzar las metas marcadas.
En concreto, la institución dirigida por Christine Lagarde estima que el déficit se situará en el 6,3% este año, justo el objetivo acordado con Bruselas para este ejercicio, mientras que cerrará 2013 en el 4,7%, dos décimas más de lo esperado.
En cambio, prevé que en 2014 el déficit sea del 3,6%, ocho décimas más de lo previsto, mientras que en 2015 siga por encima del 3%, en concreto en el 3,3%. Según sus cálculos, España en el escenario actual no cumplirá con lo exigido por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento hasta 2016, cuando el déficit se sitúe en el 2,6%.
Por otro lado, cree que la sostenibilidad de la deuda mejorará en el medio plazo tras alcanzar un máximo del 97,3% del PIB en 2015. Además, ha rebajado desde el 90,3% al 89,6% y desde el 96,5% al 94,3% su previsión de ratio de deuda para 2012 y 2013, respectivamente, después de la fuerte revisión al alza que llevó a cabo en la última edición de su informe ‘Perspectivas económicas globales’.
Más medidas
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha instado a las autoridades españoles a que adopten medidas adicionales en materia de política fiscal en caso de que sea necesario, especialmente en el lado de los ingresos, así como a que utilicen «todas las herramientas disponibles» para mejorar la disciplina fiscal, especialmente a nivel regional.
En la evaluación anual de la economía española que recoge el Artículo IV de la institución, los miembros del consejo ejecutivo del Fondo destacan el «significativo progreso» realizado a la hora de fortalecer el marco fiscal en España y esperan «nuevas mejoras».
En este sentido, urgieron a las autoridades españolas a que se adhieran «estrictamente» a la senda fiscal acordada, e hicieron especial hincapié en la necesidad de una estrategia fiscal creíble en el medio plazo para reducir su déficit y salvaguardar la sostenibilidad de su deuda, «mientras se protege a los más vulnerables».
Así, la institución dirigida por Christine Lagarde da la bienvenida al nuevo paquete fiscal adoptado por el Gobierno, que apoya una senda de consolidación «más suave», en un contexto con un crecimiento más débil y en el que ven poco espacio para que se produzca un ajuste menos directo.
En esta línea, elogia a la autoridades españolas por adoptar medidas decisivas en muchos frentes, aunque advierte de que, dado el desapalancamiento en marcha del sector privado, las elevadas tensiones en los mercados, el ajuste fiscal y elevado desempleo, la perspectiva económica sigue siendo «muy difícil y vulnerable a significativos riesgos a la baja».
Por ello, incidió en la «importancia crítica» de mantener los esfuerzos y una estrategia clara y creíble en el medio de plazo en materia de consolidación fiscal, reestructuración del sector financieros y reformas estructurales. «La implementación será clave y complicada, con riesgos de desvíos, especialmente por parte de las regiones», añade.
Asimismo, también subrayan la urgencia de progresos adicionales para impulsar la competitividad y el empleo, dado el elevado paro en España, especialmente entre los jóvenes. En este contexto, respaldan la recientes medidas en el mercado laboral, pero creen que deben ser completadas con más medidas para mejorar los mercados de servicios y productos y el entorno empresarial.
Por otro lado, los miembros del consejo ejecutivo incidieron en que el éxito a la hora de recuperar la confianza, el empleo y el crecimiento dependen en gran medida también de los progresos que se realicen a nivel europeo a la hora de fortalecer la unión monetaria.
Rescate bancario
Por otro lado, desde el FMI también elogian a las autoridades españolas por las medidas adoptadas para reestructurar el sector financiero en un entorno «complicado» y celebran la ayuda financiera prestada por sus socios europeos para la recapitalización de la banca y las políticas que la acompañan.
En este contexto, incide en la necesidad de seguir prestando ayuda pública a los bancos «débiles, pero viables», liquidar las entidades no viables e implementar un estrategia global para hacer frente a los activos heredados. Además, reclama «más esfuerzos» para mejorar la supervisión, la gestión de crisis y el marco de resolución.
Asimismo, también considera que permitir la recapitalización directa de los bancos españoles a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) ayudaría a romper la «retroalimentación negativa entre bancos y país» y tendría efectos positivo de contagio en toda la eurozona. «Más progresos para establecer un mecanismo común de supervisión para la eurozona ayudaría también a impulsar la confianza del mercado», agregó.