El primer ministro de Grecia, Antonis Samaras, ha pedido «un poco de aire para respirar» a la ‘troika’ -formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)-, apuntando que el país necesita más tiempo para cumplir con las condiciones exigidas a cambio de los dos rescates.
«Todo lo que queremos es un poco de aire para respirar para hacer que la economía mejore y aumentar los ingresos estatales. Más tiempo no significa automáticamente más dinero», ha dicho Samaras en una entrevista publicada este miércoles en el diario alemán ‘Bild’.
«Permitidme ser muy explícito: no estamos pidiendo dinero adicional. Permanecemos apegados a nuestros compromisos, pero tenemos que poner en marcha el crecimiento económico porque eso reduce las brechas financieras», ha añadido.
Samaras ha subrayado que hasta ahora el país ha abordado las reformas estructurales exigidas por sus acreedores internacionales, aunque ha admitido que a lo largo de este proceso se han cometido varios errores.
«Estamos haciendo progresos. Hemos reducido el número de funcionarios y hemos decidido contratar solo a una persona por cada diez funcionarios jubilados», ha recordado. «Pronto tendremos un sector público más pequeño, saludable y eficiente», ha apuntado.
Al parecer, los próximos recortes supondrán el despido de 40.000 funcionarios, la reducción de los salarios públicos, de las pensiones, de los beneficios sociales y del sistema sanitario.
Además, ha descartado la salida de Grecia del euro. «Sería una pesadilla: colapso económico, revueltas sociales y una crisis de la democracia sin precedentes. Significaría al menos otros cinco años de recesión y una tasa de paro superior al 40 por ciento», ha advertido.
El primer ministro se reunirá este miércoles con el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y con el presidente francés, François Hollande. A lo largo de esta semana se entrevistará también con la canciller alemana, Angela Merkel.
En estas citas se espera que el ‘premier’ presione a sus socios europeos para conseguir una prórroga de dos años para reducir el déficit al tres por ciento, algo que, según el calendario actual, debería cumplir a finales de 2014. En 2011, el déficit se situó en el 9,3 por ciento.