La «mayoría silenciosa» alabada por Mariano Rajoy también se ha manifestado. Lo ha hecho a través de las encuestas y la respuesta es preocupante: los ciudadanos no confían en la clase política. Si a la grave crisis económica a la que nos enfrentamos, añadimos que nuestros políticos parecen no tener soluciones y desvían responsabilidades, el deterioro y la pérdida de credibilidad en las instituciones crecerán aún más.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, tras la reunión con el Eurogrupo ha llegado a la conclusión de que los temibles pronósticos que augura el FMI para España tienen que ver con «factores externos». Y eso mismo es lo que denuncia el PSOE que describe la «estrategia política» de De Guindos como la de «yo no tengo la culpa de nada». En los periodos de dificultad económica en la que los ciudadanos se convierten en las víctimas principales, asfixiadas por la situación, éstos necesitan soluciones y liderazgo político. Pero de momento, la respuesta parece estancarse o quizás se negocie en silencio. «Es una vergüenza que el Presidente siga ausente y que no explique las conversaciones que tiene con el Eurogrupo». La portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, insiste: «Una semana más sin Mariano Rajoy». Por su parte, el portavoz del PP, Alfonso Alonso, define la actitud de la oposición como «lamentable» por no querer «confiar en la sociedad española».
Los socialistas acusan al Gobierno de tramitar los acuerdos del rescate con Bruselas en las tinieblas. Creen que las condiciones afectarán a «las pensiones, las prestaciones por desempleo y la bajada de salarios». Vaticinio que puede convertirse en una realidad si tenemos en cuenta los «famélicos» Presupuestos presentados por el Ejecutivo en lo que se refiere a las políticas sociales.
Mientras tanto, los dirigentes del país han relegado la tragedia social del desempleo y los recortes para ascender a primera plana la posible ruptura de Cataluña con el Estado. Las movilizaciones ciudadanas que se dirigen directamente al Congreso y la «mayoría silenciosa» que se ha pronunciado a través de los sondeos dicen que no se fían de la política y que les preocupa el paro y la economía. Pero parece no tener importancia y el debate sobre Cataluña es ahora lo más importante.
El asunto ha trascendido hasta el deporte y el pasado domingo el Camp Nou se convirtió en el emblema del «clamor» independentista agitado por el Presidente de la Generalitat y algunos jugadores «culés» transformados en las caras visibles de la táctica evasiva de Artur Mas. Pero el PSOE, después caer en la trampa con su «sistema federal» ha rectificado y Rodríguez ha sido clara: «Nuestra preocupación máxima reside en la situación terrible de recortes que sufren los ciudadanos y ciudadanas de Cataluña y de todo el Estado».