El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha advertido que no actuará bajo «presión». «Lo que un presidente no puede hacer es actuar bajo presión, y yo no lo voy a hacer», ha dicho textualmente el líder del Ejecutivo español en la rueda de prensa posterior al Consejo Europeo que ha finalizado este viernes en Bruselas. Rajoy llegaba al encuentro con los periodistas «contento» y «satisfecho» porque sus planes se están cumpliendo. Se resiste a verse como el perdedor de esta jornada europea. Ni vencedores ni vencidos. «Europa no hay que enfocarla como una batalla de buenos y malos. Eso no es serio». Éste ha sido el mensaje que ha querido transmitir a lo largo de su intervención, donde ha vuelto a reiterar que sobre el rescate a España no se ha hablado «nada de nada» de manera oficial. Sí que ha confirmado que han habido conversaciones informales en los pasillos con el resto de socios, pero asegura que nadie le ha presionado. «Las opiniones son libres, y hay que diferenciarlas de las decisiones», ha sentenciado Rajoy.
Europa no hay que enfocarla como una batalla de buenos y malos. Eso no es serio
No obstante, tampoco ha descartado nada. «Si tengo que pedir ayuda lo haré, igual que hice con el préstamo para los bancos», ha añadido el presidente español, que insiste en que hará lo que sea más beneficioso para el «interés general» y que cuando tome una decisión será él el encargado de explicarla. En este sentido, ha resaltado que el último mecanismo de compra de bonos propuesto por el Banco Central Europeo en agosto es «muy importante» y que es una muestra más que evidente de que las cosas van avanzando en Europa en la «buena dirección». Hasta hace unos meses, en el seno de la UE no se hablaba ni de unión bancaria, ni de recapitalización directa a la banca ni de mecanismo alternativos de compra de bonos que relajase la presión de los mercados sobre España, «y esto es muy bueno», ha rematado el presidente, que insiste en que lo importante de estos encuentros es comprobar que la «Unión Europea se mueve» y lo hace a buen ritmo.
Primero fueron los famosos cinco puntos (control de déficit, reformas nacionales, reformas en Europa, mejora en la financiación y más Europa). A continuación llegó el Consejo de junio, donde se propuso la unión bancaria y fiscal. Y hoy se han concretado avances. «Que hoy se hable de todos estos temas es muy importante para el proceso de integración europea», ha reiterado el presidente, no sin antes reconocer que se están tomando «decisiones difíciles y duras», pero necesarias para volver a colocar a España en la senda del crecimiento. «Las decisiones que en este Consejo se han tomado crean confianza y eso es lo importante», ha zanjado Rajoy.
La recapitalización directa a la banca, en manos del Eurogrupo
Otro de los temas estrella del encuentro también ha sido la famosa recapitalización bancaria directa, es decir, el instrumento necesario para aquellos países que como España han pedido ayuda a Europa y no quieren que compute como deuda. Sobre este asunto han habido más discrepancias. Alemania se ha opuesto a que el mecanismo entre en vigor en enero de 2013 y ha logrado que la decisión final no se adopte hasta el próximo Consejo de diciembre, que según coinciden en explicar todas las fuentes consultadas, será el decisivo.
Europa avanza en la buena dirección
Por el momento, la versión oficial, y según consta en las conclusiones de este Consejo, es que el «marco legislativo» del supervisor único sí estará listo para finales de este año. Después, la puesta en marcha de la recapitalización directa a la banca tardará unos meses más. Según ha explicado la canciller alemana, Angela Merkel, este asunto no se liquida en «dos fines de semana». Y en estos mismo términos se han manifestado el presidente francés, François Hollande, y el líder español. «El Eurogrupo será el organismo encargado de definirlo», ha anunciado Rajoy, pero sin dar una fecha concreta al respecto.
De todas las formas, y según ha explicado el propio Rajoy, este asunto ya no es una prioridad para el Ejecutivo español. Los cuatro puntos del PIB que generará los 40.000 millones prestados a la banca son «asumibles» para España. «El mecanismo es bueno, pero no prioritario para la economía española», ha concluido el presidente.