La Comisión Europea presentará este miércoles los detalles de un nuevo fondo europeo dotado con 2.500 millones de euros que quiere crear para ayudar a alimentar a la población más desfavorecida de la Unión Europea en el periodo 2014-2020.
La Unión Europea destina cada año una partida de la Política Agraria Común (PAC) a financiar un programa de distribución gratuita de alimentos procedentes del campo comunitario con el que se estima que se ayuda a 18 millones de personas en Europa.
Solo en 2013, las arcas comunitarias destinarán 500 millones a este plan y España, con 85,6 millones, será el segundo país que más fondos recibirá.
Sin embargo, un fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y el rechazo de países como Alemania a destinar dinero agrícola a medidas sociales obliga ahora a revisar el marco legal para asegurar la continuidad de esta iniciativa más allá de 2014. Para ello, la Comisión aboga por trasladarlo de la política agrícola a la de cohesión.
La Comisión Europea anunció hace meses su apuesta por dotar con 2.500 millones de euros un ‘Fondo europeo para los más desfavorecidos’ específico en el próximo marco financiero 2014-2020 y este miércoles, el comisario de Empelo y Asuntos Sociales, Lázsló Andor, presenta «la base legal y los detalles prácticos de cómo se gastará el dinero» del nuevo instrumento, según fuentes comunitarias.
De acuerdo a los datos del Ejecutivo comunitario, en la Unión Europea hay unos 116 millones de personas que viven en riesgo de pobreza o exclusión social y, de ellos, 40 millones ni siquiera tienen acceso a una comida con carne cada dos días.
Con el nuevo programa, Bruselas espera ayudar a los Estados miembros a ofrecer un apoyo no económico a los más pobres con el suministro gratuito de alimentos y permitirles el intercambio de buenas prácticas a nivel europeo para mejorar los planes nacionales.
El programa actual se creó para buscar una salida a los productos agrícolas que la Unión Europea retiraba del mercado para corregir situaciones de crisis de precios. El aumento de la demanda entre las clases más desfavorecidas hizo que el Ejecutivo comunitario recurriera a más fondos en los últimos años para poder comprar alimentos en los mercados tradicionales, ya que los almacenados con los instrumento de intervención no eran suficientes.