El precio del litro de gasolina ha caído esta semana un 4,13%, alejándose así del umbral de los 1,5 euros que llegó casi a tocar la pasada semana, según datos recogidos por Europa Press a partir del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE).
En concreto, el litro de gasolina se ha situado esta semana en los 1,436 euros, frente a los 1,498 euros que alcanzó la semana anterior. De esta manera, este combustible rompe con la racha alcista que le había llevado a alcanzar en la última semana de agosto su máximo histórico de 1,522 euros el litro.
Por su parte, el precio del litro de gasóleo también ha dado un pequeño respiro esta semana y ha caído un 1,75%, hasta los 1,403 euros, alejándose también de su máximo histórico de 1,444 euros, marcado la última semana de agosto.
De esta manera, el llenado de un depósito medio de gasolina de 55 litros requiere 78,98 euros, más de tres euros menos que la pasada semana, pero más de seis euros que en la misma fecha del pasado año.
En el caso del gasóleo, es necesario destinar 77,1 euros para el llenado del depósito, más de un euro menos que la pasada semana, pero seis más que en la misma fecha del pasado año.
Caída en el precio del crudo
Esta caída en los precios de ambos combustibles se produce en un momento en el que precio del crudo se encuentra en una tendencia a la baja. Así, el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, cuesta en la actualidad 108,64 dólares, frente a los 113 dólares de la semana anterior, mientras que el Texas ‘sweet light’ americano cotiza a 86,37 dólares, frente a los 86,37 dólares de hace una semana.
En todo caso, los precios de los carburantes siguen costando en España menos que en la media de la UE, donde el litro de gasolina asciende a 1,635 euros, y a los 1,653 euros en el caso de la zona euro.
Por su parte, el precio del litro de gasóleo asciende a 1,518 euros de media de la UE de los 27, y a 1,499 euros en la zona euro.
La Comisión Nacional de la Competencia (CNC) y la Comisión Nacional de la Energía (CNE) indicaron la pasada semana en sendos informes que, si bien los precios finales son más bajos que en la UE, los precios antes de impuestos son superiores a la media. Estos organismos apreciaron además una escasa competencia en el sector de las estaciones de servicio.