lunes, noviembre 25, 2024
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Las negativas de algunos países de la UE a aportar más dinero complica el acuerdo

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La batalla entre los países contribuyentes netos a las arcas comunitarias, liderados por Reino Unido, y los beneficiarios de las ayudas, entre ellos España, con amenazas cruzadas de veto, hace peligrar el acuerdo sobre el presupuesto de la UE para el periodo 2014-2020 en la cumbre que comienza este jueves en Bruselas y que podría prolongarse durante el fin de semana.

«Nos encontramos en una situación muy difícil. Las diferencias son grandes entre los países que apoyan la propuesta (del presidente del Consejo Europeo, Herman) Van Rompuy y los que quieren ir en sentido contrario», ha dicho el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker.

Van Rompuy plantea recortes respecto a la propuesta original de la Comisión (que ascendía a 1,033 billones para 7 años). La rebaja ha sido bien acogida por los contribuyentes netos, que sin embargo exigen todavía más reducciones. Pero resulta «inaceptable» para España porque le supondrá pérdidas de al menos 20.000 millones de euros en ayudas regionales y agrícolas.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha opinado que «tampoco sería un drama» si no hay acuerdo en la cumbre. Y la canciller alemana, Angela Merkel, ha admitido que «quizá hará falta una segunda etapa» para llegar a un acuerdo. De hecho, los diplomáticos europeos ya trabajan con la hipótesis de un nuevo Consejo Europeo extraordinario a finales de enero o principios de febrero.

Los líderes europeos han desfilado a lo largo del día por el denominado «confesionario» para exponer en 20 o 25 minutos sus líneas rojas a los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión, José Manuel Durao Barroso. El primero ha sido el primer ministro británico, David Cameron, y el último el canciller austriaco, Werner Faymann, ambos del autodenominado grupo de «amigos de gastar mejor».

«No estoy para nada satisfecho» con la propuesta de Van Rompuy, ha dicho Cameron. Su gabinete ha matizado sin embargo que el texto de compromiso «es un paso en la buena dirección pero no va lo suficientemente lejos a la hora de contener el gasto». «En tiempos de consolidación fiscal en Europa, tenemos que ocuparnos de que los gastos no sean muy grandes», ha abundado Merkel.

Negativa de los países ricos

En la misma línea se han expresado los primeros ministros de Holanda, Finlandia, Dinamarca, Suecia o Austria. El sueco, Fredrik Reinfeldt, ha pedido una alianza entre los contribuyentes netos para limitar el presupuesto comunitario. «Hay nueve contribuyentes netos que aportan demasiado al presupuesto de la UE. Creo que sería bueno que estos nueve países estuvieran juntos para reducir el nivel de gasto», ha señalado.

Finlandia ha cifrado expresamente en 120.000 millones de euros el recorte necesario, mientras que el primer ministro holandés, Mark Rutte, ha asegurado que tiene una «pistola en el bolsillo», en referencia a la posibilidad de veto, pero ha descartado ponerla de momento sobre la mesa.

Tanto Holanda como Reino Unido, Suecia y Austria han reclamado mantener la compensación financiera que reciben por su alta aportación neta a las arcas comunitarias. Y Dinamarca ha reclamado un «cheque» similar.

El que sí ha amenazado soterradamente con el veto es el primer ministro italiano, Mario Monti. «No aceptaremos soluciones que consideremos inaceptables», ha dicho. Para Monti no es tan importante reducir el nivel global de gasto como lograr «mejores resultados» para Italia, país que considera tradicionalmente «penalizado» por el presupuesto europeo.

«Vengo a buscar un compromiso y no a plantear un ultimátum. Estoy seguro de que con Alemania vamos a ser, como siempre, un motor para lograr este compromiso», ha señalado en contraste el presidente francés, François Hollande.

Presupuesto europeo

En opinión de Hollande, el presupuesto europeo debe estar «controlado» porque «estamos en un periodo en el que cada euro cuenta». Pero al mismo tiempo, debe ser «suficientemente consistente para favorecer las políticas de crecimiento» y la «solidaridad» y debe contemplar ayudas para las regiones y para infraestructuras y sobre todo mantener las subvenciones a la agricultura.

Por su parte, Rajoy ha llegado dispuesto a «dar batalla» por las ayudas agrícolas y a las regiones españolas. El presidente del Gobierno ha advertido de que las negociaciones «no son fáciles», pero ha asegurado que participará con «espíritu constructivo» para intentar «un buen presupuesto para Europa y también un buen presupuesto para nuestro país». «Voy a estar muy activo, como he estado muy activo desde que soy presidente del Gobierno en todos los temas europeos que nos preocupan», ha asegurado.

«Algunos países quieren reducir drásticamente el presupuesto y creo que es un gran error», ha señalado el primer ministro belga, Elio Di Rupo. «No podemos tener una UE que exige y que impone y que al mismo tiempo no tiene medios para sus políticas», ha denunciado.

Por su parte, Polonia, principal beneficiario de las ayudas regionales europeas, ha rechazado que se le recorten los fondos estructurales, mientras que Lituania ha insistido en que las rebajas no deben afectar a los países más pobres.

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