El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha destacado la necesidad de que España fortalezca la posición de su balanza exterior y acabe con los desequilibrios, aunque reconoce los «considerables» ajustes de los últimos años, por lo que ve necesario que se apliquen nuevas reformas en el mercado laboral y pide acelerar la implementación de las adoptadas para el mercado de productos.
En su informe de 2014 de evaluación del sector exterior, el FMI destaca que España ocupaba el último lugar en posición inversora internacional neta en 2013 entre los 29 países analizados, lo que mantiene su evaluación de que es necesario reforzar su balanza exterior.
El Fondo considera que las recientes reformas y planes políticos de las autoridades españolas para aplicar de forma gradual la consolidación fiscal, mejorar las políticas activas de mercado laboral y avanzar en las reformas de los mercados de productos están en línea con la reducción de los desequilibrios existentes.
Sin embargo, la institución dirigida por Christine Lagarde cree que para acelerar este ajuste son necesarias «nuevas reformas en el mercado laboral» y acelerar la implementación de las reformas de los mercados de productos.
Asimismo, también cree que los esfuerzos de ajuste de España se verían apoyados por un mayor alivio monetaria en la eurozona, motivado por la necesidad de elevar las perspectivas de que el BCE alcance su objetivo de estabilidad de precios y apoye la demanda, dado el «débil y frágil crecimiento», las grandes brechas de producción y la muy baja inflación.
En este contexto, destaca que el programa OMT de compra de deuda del BCE y los progresos en las reformas nacionales han ayudado a mejorar la confianza y reducir los riesgos de una crisis de liquidez.
España, aún vulnerable
Sin embargo, agrega que las grandes necesidades de financiación externa tanto en el sector público como en el privado dejan a España «vulnerable» a cambios en la confianza de los mercados y a los contagios derivados de Europa.
El Fondo recalca que la posición exterior de España es «sustancialmente más débil» de lo que es coherente con los fundamentos a medio plazo y con unas políticas deseables.
De hecho, menciona la muy negativa posición inversora internacional neta de España y las grandes necesidades brutas derivadas de la deuda externa como mayores fuentes de vulnerabilidad.
En particular, destaca que, a pesar de la «fuerte mejora» de la balanza por cuenta corriente, lograr un descenso suficiente de sus posición inversora internacional y un desempleo «mucho menor» requerirá un tipo de cambio real efectivo «sustancialmente más débil».