El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves gastar prácticamente todas las 'balas' que le quedaban en la recámara al pactar una rebaja de diez puntos básicos de los tipos de interés, hasta el mínimo histórico del 0,050%, que el presidente de la entidad, Mario Draghi, calificó como «el límite inferior», así como un programa de compras de titulizaciones y deuda garantizada con el fin de reactivar la economía y combatir la baja inflación.
En la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno de la entidad, el banquero italiano admitió que las decisiones adoptadas este jueves por la institución «no fueron tomadas por unanimidad» y apuntó que, mientras algunos miembros «querían hacer más, otros gobernadores eran favorables a hacer menos».
Así, una «confortable mayoría» del Consejo acordó rebajar los tipos de interés del euro en diez puntos básicos, hasta el 0,050% en el caso de las operaciones de refinanciación, mientras que en el caso de la facilidad de crédito bajará al 0,30% y hasta el -0,20% en el caso de los depósitos de la banca en la 'hucha' del BCE.
El máximo responsable de la política monetaria de la eurozona apuntó que este 0,050% representa el «límite inferior» para los tipos de interés del euro, lo que prácticamente agota las posibilidades de actuar sobre los tipos de interés en el futuro.
En este sentido, Draghi advirtió de las limitaciones a las que se enfrenta la política monetaria para reactivar la economía y alcanzar el objetivo de estabilidad de precios ligeramente por debajo del 2%, por lo que el banquero volvió a reclamar a los gobiernos que adopten reformas estructurales.
«Las reformas estructurales tienen costes, pero la ausencia de crecimiento ya tiene un coste por sí misma», advirtió el presidente del BCE.
Comprará deuda
En respuesta a la evolución de la economía de la eurozona, Draghi anunció que el BCE lanzará a partir del próximo mes de octubre un programa de compras de valores respaldados por activos o titulizaciones (ABS), así como un nuevo plan de compra de cédulas o bonos garantizados.
«El Eurosistema comprará una amplia cartera de ABS simples y transparentes», indicó el banquero italiano. «Las intervenciones comenzarán en octubre de 2014», señaló Draghi, quien avanzó que estas compras tendrán un «considerable impacto» en el balance de la entidad, aunque aplazó hasta la reunión del próximo mes los detalles.
«Estas decisiones se sumarán al rango de medidas de política monetaria adoptadas en los últimos meses (…) Contribuirán a mejorar el funcionamiento del mecanismo de transmisión de la política monetaria y la provisión de crédito a la economía», añadió.
El presidente del BCE admitió que resulta difícil cuantificar el efecto de estas medidas en el balance de la institución y reconoció que la entidad llegó a discutir la posibilidad de embarcarse en un programa de alivio cuantitativo (QE).
Empeoran las perspectivas económicas
Por otro lado, el presidente del BCE actualizó este jueves las proyecciones macroeconómicas de la institución para el conjunto de la eurozona, que contemplan ahora un menor crecimiento en la región en 2014 y 2015 de lo anticipado en junio, así como una inflación más débil este año.
En concreto, el BCE espera que la economía de la eurozona crezca este año un 0,9%, una décima menos de lo previsto en junio, mientras que en 2015 y 2016 el PIB de la región se expandirá a un ritmo del 1,6% y el 1,9%, respectivamente, frente al 1,7% y el 1,8% previsto con anterioridad.
El banquero italiano advirtió en rueda de prensa de que entre los riesgos a la baja para la evolución de la economía de la eurozona destaca la insuficiencia de las reformas estructurales adoptadas.
En el caso de los precios, las proyecciones del BCE han sido revisadas a la baja para el ejercicio 2014, cuando se espera que los precios registren un alza del 0,6%, una décima menos que en junio, mientras que ha mantenido las previsiones para 2015 y 2016 de subidas del 1,1% y el 1,4%, respectivamente.
A pesar de admitir que la evolución de la inflación es peor de la esperada por la institución, el presidente del BCE volvió a reiterar una vez más que no hay riesgo de deflación en la zona euro. «No vemos deflación», apostilló.