El próximo comisario de Asuntos Económicos, el socialista galo Pierre Moscovici, se ha comprometido este jueves en su audiencia de confirmación ante la Eurocámara que hará cumplir a todos los Estados miembros las reglas presupuestarias de la UE y que no dudará en sancionar a Francia si vulnera el Pacto de Estabilidad.
Las garantías de Moscovici no han servido para convencer al Partido Popular Europeo, que durante la audiencia ha dejado patente de forma reiterada que su nombramiento le provoca «malestar». «Nadie de buena fe puede comprender que la cartera a la que aspira sea aquella en la que usted ha fracasado en su país como ministro de Economía y Finanzas», ha dicho el portavoz del PPE, Alain Lamassoure.
«¿De que credibilidad dispone usted frente a su sucesor en París que pide hoy un nuevo aplazamiento para respetar los compromisos (de déficit)?, le ha preguntado Lamassoure a Moscovici en referencia a la petición por parte del Gobierno socialista francés de una nueva prórroga de dos años para corregir su déficit excesivo.
«Si un país, sea el que sea, grande o pequeño, no cumple las obligaciones previstas en el Tratado, no toma medidas eficaces necesarias, y se encuentra expedientado, y es el caso de Francia, en ese caso avanzaré en el procedimiento sin dudar. Es mi tarea de comisario europeo», ha prometido Moscovici.
«Soy francés y socialdemócrata, pero quiero decirles directamente y de manera formal que en mis funciones no actuaré como embajador de un país o de un partido. Seré un comisario europeo totalmente dedicado a su tarea y actuaré con imparcialidad», ha asegurado.
«Me comprometo ante ustedes a hacer respetar las reglas presupuestarias a todos los Estados miembros. Hay que hacerlo sin complacencia para unos, sin exceso de dureza para otros. Hay que tratar a todos los Estados con las mismas reglas y según sus méritos. Pueden contar conmigo para ser un árbitro justo e imparcial», ha insistido el ex ministro francés.
Apoyó a España durante el rescate bancario
Moscovici ha defendido además sus reformas y sus resultados como ministro de Finanzas francés alegando que logró reducir el déficit desde el 5,5% al 4,1% de déficit. «¿Fue suficiente? Sin duda no, porque la situación de este país todavía es difícil. Pero estoy orgulloso de lo que he hecho, aunque me gustaría haberlo hecho mejor», ha apuntado el ex ministro en respuesta al eurodiputado del PP, Pablo Zalba.
«No es fácil ser ministro de Finanzas de un gran país y mi amigo Luis de Guindos lo sabe. Hemos trabajado bien juntos, incluso cuando se trató de definir un programa inteligente para los bancos españoles y evitar que (España) quedara bajo tutela, que me hubiera parecido inaceptable, y mis amigos españoles lo saben», ha resaltado Moscovici, que ha admitido en todo caso que «Francia necesita reformas».
No obstante, el futuro comisario de Asuntos Económicos ha sostenido que no hay ninguna contradicción entre la disciplina fiscal y las medidas para impulsar el crecimiento. «Pondré toda mi energía en el doble combate decisivo que debemos llevar a cabo: por un lado preservar la estabilidad de nuestra economía y por otra relanzar el crecimiento», ha defendido.
«Hay que dejar de oponer estos dos principios cardinales. Hay que superar esta escisión inútil, las críticas politiqueras, los ataques personales. No hay crecimiento sin reducción del déficit y de la deuda pública y privada. Pero no hay estabilidad ni desendeudamiento sin crecimiento y por ello hacen falta las dos cosas a la vez», ha sostenido Moscovici.
Aumentar la inversión
El futuro comisario de Asuntos Económicos ha dicho que la UE no puede aceptar un escenario de crecimiento cero el año que viene ni el actual alto nivel de paro. Por ello ha defendido aumentar el nivel de inversión pública y privada, ya que ésta sigue siendo un 17% inferior a la que había antes de la crisis. Y se ha comprometido a trabajar en el plan de 300.000 millones de euros anunciado por el presidente electo de la Comisión, Jean-Claude Juncker, que a su juicio es «indispensable».
Moscovici se ha comprometido además a luchar contra la evasión fiscal, poner fin al secreto bancario en Europa y a apoyar a los 11 Estados miembros, entre ellos España, que quieren poner en marcha una tasa a las transacciones financieras internacionales.