Alemania no cede, ni cederá ninguna ventaja que le permita a Syriza apuntarse un punto. No es porque Grecia sea el enemigo natural de Alemania, sino por lo que hay en juego en el resto de Europa. El Gobierno alemán ha rechazado la petición helena de prorrogar el rescate. El hecho de que incluso Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión, haya considerado la carta de un “signo positivo”, desvela posición alemana.
A medida que pasan los días Syriza, el partido que iba a cambiar Europa, se ha ido plegando a las exigencias de Europa. Día tras día, reunión tras reunión las posiciones se han ido acercando, tanto las griegas como las del Eurogrupo. No ha ocurrido lo mismo con Alemania. El más contundente ha sido el ministro germano de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que en reiteradas ocasiones se ha mostrado muy crítico con Syriza.
La negativa de Berlín se ha producido apenas pocas horas después de que llegara la carta del ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, al Eurogrupo con la solicitud oficial de una prórroga de seis meses del rescate. En la carta, el nuevo Gobierno de Syriza se compromete a pagar la deuda y a no adoptar medidas unilaterales que pongan en riesgo las metas fiscales y acepta la supervisión de la troika, en lo que supone una marcha atrás en sus posiciones anteriores y un acercamiento a las exigencias del Eurogrupo.
«La carta de Atenas no es una propuesta que conduzca a una solución sustancial», según ha dicho el portavoz del ministerio alemán de Finanzas, Martin Jaeger, en un breve comunicado. En otras palabras, la posibilidad de que Syriza se apunte el tanto de cambiar las reglas del juego, recibir el dinero sin medidas unilaterales, no se le va a otorgar tan fácilmente los alemanes.
«En realidad, va en la dirección de una financiación puente, sin respetar las exigencias del programa. La carta no cumple los criterios acordados por el Eurogrupo el lunes», concluye la breve declaración.
La negativa alemana cuestiona también la decisión del presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, de convocar una nueva reunión extraordinaria este viernes en Bruselas, la tercera en dos semanas, para examinar la petición griega, algo que dijo que sólo sucedería si veía posibilidades de acuerdo. «Todavía esperamos un debate serio sobre algunas cuestiones, de otro modo el Eurogrupo podría haber sido una teleconferencia», han explicado fuentes europeas.
Juncker ha mantenido «intensas conversaciones» tanto con Dijsselbloem como con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, «ayer, durante la noche y también esta mañana (por el jueves)», según ha explicado su portavoz, Margaritis Schinas. El portavoz ha eludido sin embargo precisar si Juncker también ha estado en contacto con el Gobierno alemán y no ha querido valorar el 'no' de Berlín.
«El presidente Juncker ve en esta carta un signo positivo que en su opinión podría sentar las bases para un compromiso razonable en interés de la estabilidad financiera en la eurozona en su conjunto», ha dicho Margaritis. Juncker «sólo tiene un plan A» y «su única preocupación es facilitar un acuerdo a 19», ha agregado.