La Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) han avisado este lunes de que, pese a la vuelta al crecimiento, persisten «desequilibrios significativos» en la economía española, en particular el paro o la elevada deuda, y han pedido al Gobierno de Mariano Rajoy que prosiga con las reformas, en particular con «medidas adicionales» para reducir la segmentación en el mercado laboral entre trabajadores indefinidos y temporales o la presentación de la ley para liberalizar los servicios profesionales.
«Los signos alentadores que estamos viendo en España son muy bienvenidos, pero quedan retos importantes, en particular el todavía elevado paro. Para consolidar los progresos realizados, es esencial garantizar la aplicación de las reformas ya aprobadas y completar la adopción de las que todavía se están discutiendo», ha dicho el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, en un comunicado.
«Además de las medidas para hacer el mercado laboral más inclusivo, completar la ley de unidad de mercado y aprobar la reforma de los servicios profesionales son particularmente importantes, ya que beneficiarán al conjunto de la economía», ha resaltado.
Este diagnóstico es el resultado de la tercera visita de control a Madrid por parte los inspectores de Bruselas y del BCE tras el fin del rescate bancario, por el que España recibió 41.300 millones de euros de sus socios de la eurozona. En la visita, que tuvo lugar entre el 12 y el 18 de marzo, participaron también expertos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
«En conjunto, España se está beneficiando de las reformas estructurales realizadas, la consolidación fiscal y la recapitalización bancaria, que se reflejan de forma creciente en la estabilización del sector financiero, una fuerte recuperación económica y una baja prima de riesgo», señalan los inspectores en una declaración conjunta con las conclusiones de su visita.
La recuperación económica se reforzó a finales de 2014, con un crecimiento superior a la media de la eurozona. Ello se debe, según Bruselas y el BCE a «las reformas introducidas desde 2012», pero también a la bajada del precio del petróleo, la depreciación del euro y una posición fiscal «menos restrictiva». «El acceso al crédito, en particular para los hogares y las empresas más sanas (incluyendo las pymes) con perspectivas de crecimiento positivas, ha mejorado significativamente», apuntan.
«No obstante, persisten desequilibrios significativos», según resalta el informe, que avisa de que «el paro, en particular el juvenil y el de larga duración, sigue siendo muy alto, al igual que la segmentación del mercado laboral» y de que «la deuda pública sigue aumentado y devolverla al valor de referencia del 60% requerirá un esfuerzo fiscal continuado a largo plazo». Además, las necesidades de desendeudamiento del sector privado continúan siendo altas y se necesita un ajuste por cuenta corriente «más pronunciado» para reducir la deuda externa.
Retrasos y riesgos en las reformas
«La plena y efectiva aplicación de la agenda de reformas y su refuerzo adicional son cruciales para sostener la recuperación, seguir reequilibrando la economía y mantener una baja prima de riesgo en el futuro», apuntan los inspectores.
Bruselas y el BCE insisten en que «las reformas pendientes deben ahora completarse, por ejemplo la ley de unidad de mercado, o deben complementarse con medidas adicionales, por ejemplo para abordar la segmentación en el mercado laboral». También lamentan los «retrasos en la aplicación» y los «riesgos» derivados de la necesidad de una actuación conjunta entre el Gobierno central y los autonómicos.
«Además, hay algunas reformas claves pendientes, como la reforma de los servicios profesionales y de las asociaciones profesionales, que si se adoptara beneficiaría al conjunto de la economía», apunta el informe.
Establización del sector bancario
Los expertos señalan que «la estabilización en el sector financiero continúa, marcada por la mejora en la calidad de los activos de los bancos, el refuerzo de la solvencia y la liquidez y una vuelta del sector a los beneficios». «No obstante, estos signos de una mayor estabilización no son uniformes entre las instituciones financieras«, indican.
En conjunto, la rentabilidad se ha visto impulsada por «una disminución en los costes de financiación de los bancos, en un entorno de bajos tipos de interés, y por la caída en las provisiones, ya que los créditos morosos se están reduciendo». «Al mismo tiempo, los volúmenes de crédito en las principales áreas de negocio todavía se reducen, ya que la demanda de nuevos préstamos se recupera de niveles bajos», apunta el informe.
Bruselas y el BCE consideran que la reestructuración del sector bancario español y, en particular, de los bancos que han recibido ayudas públicas «está progresando bien». Se están cumpliendo los objetivos de los planes de reestructuración y la venta de participaciones públicas en los bancos al sector privado «ha realizado buenos progresos».
«Completar la reestructuración y privatización de los bancos de propiedad estatal es necesario para poner al sector bancario en una base sólida a largo plazo», concluyen los inspectores. Su próxima visita de vigilancia tendrá lugar en otoño de 2015.