martes, noviembre 26, 2024
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La economía del absurdo, una nueva historia financiera

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“Voy a enmarcar el extracto que he recibido donde Bankinter me paga intereses por mi préstamo hipotecario. Esto es historia financiera”. Son las palabras de un cliente de la entidad tras conocer que le pagarán intereses por tener contratada una hipoteca. La manipulación de los tipos de interés junto con la oferta monetaria ha llevado a la economía a un punto tan demente como histórico: pagar por prestar dinero o ahorrar y cobrar por endeudarse.

La economía del absurdo, al igual que la corriente artística del teatro del absurdo, se caracteriza por la incoherencia, el disparate y lo ilógico. La historia anterior, sacada del Wall Street Journal (de la que se hizo eco éste blog) no es más que un ejemplo del camino que está tomando la economía. Explica Almudena Semur, Coordinadora del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos  a EstrellaDigital.es que “la situación actual de tipos de interés negativos es chocante”.

Son muchos los países que ya ofrecen intereses negativos por su deuda, es decir, que cobran por endeudarse. España recientemente lo ha hecho en letras a tres y seis meses, por primera vez en la historia, que se une a Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia u Holanda. Suiza incluso ha llegado a emitirlo en bonos a 10 años. En definitiva, se ha roto la coherencia económica de que los intereses representan el riesgo de la inversión al darse está situación.

Excesos de liquidez entre sus causas

Las causas de la nueva economía del absurdo están imbricadas con la actuación de los bancos centrales. Los organismos oficiales han incrementado de manera exponencial el volumen de liquidez global. Primero fue el Banco Central de Japón el que inició una fuerte política de expansión que ha doblado la base monetaria del país hasta los 2,2 billones de yenes. En segundo lugar, fue la Reserva Federal de Estados Unidos que ha inyectado a través de los distintos programas de QE (Quantitative Easing) cerca de 2,6 billones de dólares en cinco años y diez meses. Ahora es el Banco Central Europeo el que va a inyectar hasta 1,6 billones de euros hasta 2016 en el sistema.

Pero no solo los bancos centrales son los responsables de la creación de dinero. La banca tradicional también crea dinero a través de los depósitos como se describe perfectamente (aquí). De un depósito de 100 se le exige al banco una tasa de reservas del 10%, por lo que puede prestar 90. De nuevo esos noventa constituyen un nuevo depósito (el banco confía en que el dinero será devuelto) por lo tanto vuelve a prestar 81 y 9 son las reservas. La cadena se repite hasta que un depósito de 100 se convierte en 1.000 euros (100 dividido por la tasa de reservas 0,1). Este sistema, junto con la actitud positiva de la sociedad hacía el endeudamiento, creó la crisis mundial del 2008 en la que grandes entidades como Citibank o Goldman Sachs apenas tenían reservas por valor de un 1% de lo prestado.

El exceso de liquidez ha provocado que la inversión en deuda pública se dispare, creando los tipos negativos que se encuentran actualmente. En muchas ocasiones los inversores lo único que buscan es comprar para posteriormente venderlo al BCE, alimentando la burbuja y la especulación. Además, la ausencia de buenas inversiones hace que gran parte del dinero acabe invertido en deuda pública, provocando que se convierta en un sustituto de la tesorería. Se debe recordar que la deuda pública es catalogada como activo de máxima seguridad, que es clave para entidades bancarias cuando se le exige ciertos niveles de capital.

Consecuencias del absurdo

Uno de los grandes problemas de la manipulación de la economía es que aparecen los denominados efectos perversos. En un entorno de deuda pública en máximos históricos los tipos negativos pueden llevar a los estados a seguir endeudándose y reducir las reformas necesarias, lo cual puede ser muy peligroso cuando se suban los intereses. Como explica la analista del IEE “el gran riesgo es que el programa QE tenga un efecto perverso y que la política monetaria haga que los gobiernos tengan la tentación de detener las reformas estructurales que faltan por hacer”. España en 2015 pagará más de 35.000 millones, 100 millones al día, en concepto de intereses. La partida ha crecido exponencialmente desde 2008.

La situación podría ser peor que la anterior al tener los Estados menos margen de actuación por su excesiva deuda. La crisis de deuda de España en 2012 se produjo cuando no se superaba el 40% del PIB, mientras que en los próximos el porcentaje de deuda será superior al 100%. Incluso superior al 130% si se cuenta toda la deuda pública, no sólo la que computa oficialmente por Eurostat.

No solo los incentivos perversos se aplican al sobre endeudamiento de los estados, entre ellos España, sino también para los ciudadanos. La primera anécdota de Bankinter no se puede extrapolar a España porque el número de hipotecas en dichas condiciones son escasas, pero el Euribor casi en terreno negativo puede incentivar un endeudamiento.

Semanas atrás se conocía que los mercados han empezado a descontar, es decir, tienen previsto que el Euríbor marque negativo. En concreto, los futuros a tres meses del indicador ya se han situado por debajo de cero y se espera que continúen hasta finales de 2016. La gran crisis de los últimos años se gestó por un exceso de deuda con unos tipos que en 2006 superaban el 3%, ahora en terreno negativo el incentivo es incluso mayor que antes. Obviamente, el problema reside en que la situación cambiará y los tipos volverán a subir haciendo que la bola de intereses crezca. Semur señala que “en cuanto la inflación se recupere y la economía americana prosiga en su firme recuperación, volveremos a la normalización de los mercados financieros a tipos de interés con curvas crecientes”.

Obliga a asumir mayores riesgos

El descenso del Euribor a tres meses, hasta el -0,005, ha provocado que  muchos inversores de bonos de cédulas hipotecarias se han quedado sin cobrar intereses. Así ha ocurrido con algunos tenedores del Banco Popular que habían comprado una cartera emitida en 2007.

Se trata de otra de las consecuencias del absurdo, que se favorece a la especulación y a la inversión arriesgada. Existen muchos inversores que no quieren tener una cartera con riesgo por eso suelen invertir en la denominada renta fija, es decir, en deuda de países que es considerado uno de los activos más seguros. Pero ahora como los tipos han caído a negativo, en vez de recibir intereses por prestar su dinero deben pagar, por lo que obligará a muchos inversores a buscar rentabilidades en otras inversiones menos seguras como la Bolsa. “Habrá inversores que preferirán el riesgo, en concreto, la renta variable en el actual contexto de tipos de interés en mínimos, casi cero” señala Semur.

Un ejemplo de ello es el Fondo de Reservas de la Seguridad Social, más conocido como ‘hucha de las pensiones’. El dinero del fondo se invierte en deuda española y se cobraba unos intereses por ello, pero al caer en terreno negativo los tipos al invertir en tipos a corto plazo se pierde dinero. La situación obligo a uno de los representantes a advertir de que se dejará de invertir en deuda española a tipos negativos, al igual que se dejó de invertir en alemana, obligando al Fondo a invertir en otros activos financieros más arriesgados.

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