«¿Debería la propuesta que fue sometida por la CE, el BCE y el FMI en el eurogrupo el 25 de junio de 2015, que consiste en dos partes que juntas constituyen su propuesta integral, ser aceptada?«. Ésta es la pregunta que el Gobierno de Syryza prevé formular a los ciudadanos griegos en el referéndum del próximo 5 de julio. Curiosamente la casilla del 'no' aparece como primera opción, por encima de la casilla del 'sí'. El primer ministro, Alexis Tsipras, ha instado a los griegos a votar de forma negativa tras rechazar la propuesta de sus acreedores internacionales durante las negociaciones porque la considera contraria a sus promesas electorales.
Syriza también ha asegurado que fortalecerá su posición en las conversaciones con los prestamistas, pero los líderes de la eurozona, incluido el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el presidente del eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, han dejado claro este lunes que verían el 'no' como un rechazo a formar parte de la eurozona.
El propio Juncker ha convertido la consulta popular en Grecia como un 'sí' o 'no' a Europa. «El mensaje de un 'no' será desastroso para los acontecimientos posteriores», ha advertido el presidente de la Comisión, quien ha hecho hincapié en que una respuesta negativa del pueblo griego supondría decir 'no' a Europa. «Todo el planeta considerará que un 'no' griego a la cuestión que se les plantee significará que Grecia toma sus distancias respeto a la eurozona y a Europa», ha insistido.
El presidente de la Comisión Europea ha pedido que los griegos voten 'sí' porque el voto será una «señal para Grecia y para otros países miembros». «Si el pueblo griego -responsable, consciente del rol nacional y europeo que juega- vota sí, el mensaje para resto de Estados miembros y más allá de la UE querría decir que Grecia quiere quedarse con los otros países de la eurozona y de la UE», ha señalado Juncker, quien además ha acusado Syiriza y a Tsipras de romper de manera unilateral las negociaciones el viernes, tras convocar el referéndum, y de mentir a los votantes sobre las propuestas de la troika.
«El Gobierno griego conoce todos estos elementos y sería recomendable que dijera la verdad a los ciudadanos griegos en lugar de simplificar su posición en un 'no' para el referéndum», ha criticado Juncker.
La Comisión Europea no tiene previsto presentar una nueva propuesta porque considera que el último paquete presentado el viernes es «completo» y «exigente» pero también contiene elementos sociales. Los acreedores habían aceptado que el IVA de los hoteles se quedara en el 13% y no en el 23% y el Eurogrupo estaba dispuesto a discutir «medidas por lo que se refiere a la deuda» en línea con los compromisos asumidos en 2012.
Schulz y Tusk también se apuntan al 'no'
El presidente del Parlamento Europeo, el socialista alemán Martin Schulz, se ha sumado este lunes al llamamiento del presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y ha pedido también a los griegos que voten que 'sí' en el referéndum del 5 de julio porque «no es una votación sólo sobre un programa (de rescate), sino que es una votación para quedarse en la eurozona o no».El presidente de la Eurocámara ha pedido además al Gobierno heleno que vuelva a la mesa de negociaciones con sus acreedores antes de que expire el actual rescate el 30 de junio por la noche con un doble objetivo. Por un lado, pactar la pregunta de la consulta. Por otro, acordar un procedimiento que permita «parar el reloj» entre el fin del rescate y la celebración del referéndum con el fin de evitar «turbulencias importantes» en los mercados financieros por el impago de Atenas.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha avisado de que si gana el 'no' en el referéndum «habrá incluso menos espacio para las negociaciones». «Todo Gobierno tiene derecho a celebrar un referéndum. Por eso respetamos la decisión griega. Y no es mi papel interferir en la política doméstica griega», ha afirmado el polaco en rueda de prensa ante la atenta mirada del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.