En el largo culebrón griego cada hora cuenta para alejar o acercar a Grecia a un posible caos. Tras el referéndum del domingo ahora era el turno de los acreedores, para ello se reunían el presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Ángela Merkel. Ambos han mostrado en la primera toma de contacto, antes de la reunión que tiene lugar en el Palacio del Elíseo, un lenguaje formal aunque ambos han resaltado la importancia que tiene llegar a un acuerdo lo más pronto posible.
No habrá acuerdo sin reformas, es la línea roja que no sobrepasarán los acreedores. Hollande ha asegurado que “la puerta está abierta a las conversaciones” y que es el turno del Gobierno griego de hacer “propuestas serias y creíbles”.
“Es urgente que tengamos propuestas precisas para poder encontrar una salida a la situación” ha subrayado la canciller alemana. Por su parte, Hollande ha señalado que “no queda mucho tiempo. Hay urgencia tanto para Grecia como para Europa”.
Gran parte de las probabilidades de llegar a un acuerdo pronto pasan por la propuesta que el ejecutivo heleno se ha comprometido a presentar mañana. Según fuentes del propio Gobierno griego, el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, informó a Merkel de que en la cumbre europea del martes presentará “la propuesta” de su Gobierno. La realidad es que se esperan unas medidas similares a las de la última propuesta hecha por la troika.