El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, no ha tenido reparos este sábado en advertir de que presentaría su dimisión ante la canciller, Angela Merkel, si en algún momento percibiera que alguien del Gobierno se inmiscuye en sus competencias ministeriales, y ha destacado que aunque no siempre coincide con la mandataria, ambos comparten la voluntad de seguir una dirección conjunta.
«La canciller y yo no jugamos con nuestros personajes. Ni es su estilo ni es el mío. Todo el mundo tiene sus convicciones«, ha declarado Schaeuble al diario 'Der Spiegel', al que recordó el lema de campaña de las elecciones europeas de 1999. «Era un póster en el que aparecíamos los dos y rezaba: 'No siempre de la misma opinión, pero siempre en el mismo camino'. Y así ha seguido hasta hoy», ha declarado.
Schaeuble quiso aclarar así las informaciones sobre las diferencias entre ambos durante la negociación con Atenas, ya que Merkel estaba a favor de realizar ciertas concesiones a Grecia, por motivos geoestratégicos y de estabilidad regional, con las que el ministro alemán no estaba para nada de acuerdo.
«Las opiniones divergentes son parte de una democracia. En ese caso, hay que iniciar un proceso para buscar una solución. Y en ese proceso, todos jugamos un papel. Angela Merkel es canciller, yo soy ministro de Finanzas. Las responsabilidades de los políticos proceden de los cargos que ostentan y nadie puede cohibirles», ha declarado antes de lanzar su advertencia.
«Y si alguien lo intentara, siempre puedo ir al presidente (de Alemania, Joachim Gauck) y presentarle mi dimisión», ha declarado Schaeuble, quien inmediatamente ha respondido que se trata simplemente de un comentario sobre una hipótesis.
A la pregunta de si está pensando en dimitir, el ministro ha respondido con un contundente «no». «La señora Merkel y yo», ha remachado el ministro alemán, «tenemos una constante: sabemos que podemos confiar el uno en el otro».
No existe «venganza»
Schäuble, ha asegurado también que su país nunca tuvo la intención de que Grecia abandonara el euro y que no existe ningún tipo de «venganza» nacional en su imposición de duras medidas de ajuste a Atenas como argumenta el premio Nobel de Economía estadounidense Paul Krugman, parece que «no tiene ni idea» de que fue una decisión adoptada por consenso entre los miembros de la eurozona.
«No existe una dominación alemana», declaró Schaeuble al diario Der Spiegel, donde aseguró también que cualquier percepción de una Europa de dos velocidades entre norte y sur es equivocada; y reiteró la excelente relación que le une con Francia e Italia, países fundadores de la Unión Europea, a pesar de sus discrepancias en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona que terminó el lunes con el acuerdo griego.
En este sentido, el ministro alemán señaló que el Gobierno griego tiene parte de responsabilidad de las duras medidas impuestas sobre su economía. «Hace medio año Grecia se estaba preparando para regresar a los mercados de capital. Hoy, su economía está arruinada. Esa responsabilidad procede del Gobierno griego. Por eso necesitábamos un nuevo programa, a pesar de que signifique nuevas adversidades para la población», ha aseverado.
«Nosotros nunca dijimos que Grecia debería salir de la eurozona», ha declarado Schaeuble, el mismo que introdujo una cláusula temporal en el acuerdo con Grecia, finalmente retirada, donde contemplaba la posibilidad de que Atenas abandonara temporalmente la moneda única.
«Lo único que hicimos fue llamar la atención sobre la opción de que Atenas decidiera tomarse un 'tiempo muerto'», ha declarado Schaeuble, quien ha recordado que no existe la opción de reestructurar la deuda griega para acomodar los pagos. «Los tratados europeos no lo permiten», ha manifestado.
«No existe afán de venganza», ha insistido Schaeuble en respuesta al Krugman. «Es un importante economista que ha ganado un Nobel por su teoría sobre el comercio, pero no tiene ni idea sobre la arquitectura y fundación de la unión monetaria europea. A diferencia de Estados Unidos, no existe un Gobierno central en Europa y los 19 miembros de la eurozona deben ponerse de acuerdo. Parece que el señor Krugman no está al tanto de eso».