domingo, septiembre 22, 2024
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La economía española también tendrá su particular cuesta de septiembre

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La buena marcha de la economía española podría verse empañada por una ralentización en los últimos dos trimestres del año. Las turbulencias exteriores afectarán negativamente a la economía española, entre ellas: el pinchazo bursátil chino que puede agravar la ralentización económica del país, la más que probable subida de tipos por parte de la Reserva Federal o el cierre en falso del culebrón griego. Pero las exteriores no son las únicas amenazas, dentro de España el escenario político preocupa a los inversores. Por un lado, las elecciones en Cataluña con el desafío soberanista. Por otro, las dudas sobre el grado de cumplimiento con el pacto de estabilidad de los nuevos gobiernos. Por último, la erosión de los balances bancarios (el sector bancario tiene mucho peso en la Bolsa española), por culpa de la política del BCE. 

El BBVA ya dio la alarma recientemente aludiendo a que durante el tercer trimestre el crecimiento de la economía española sería del 0,8% frente al 1% del segundo trimestre o el 0,9% del primero. A pesar de todo, la entidad reflejaba la buena evolución del PIB que permitiría a España ser uno de los países que más crecen, no solo de Europa sino también de toda la OCDE.

El batacazo de China

Karlis Smits, del Banco Mundial, ya avisó de que la caída bursátil podría ralentizar aún más la muy endeudada economía china. Resulta que las carteras de valores se utilizan como colaterales en la propia economía doméstica. Es decir, el valor de esos activos son las garantías que permiten a empresas y particulares percibir crédito y permitir un mayor crecimiento. A menor valor, menos crédito y menor crecimiento. Eso es un peligro cuando se trata de una economía fuertemente endeudada, además de ser una de las locomotoras de la economía mundial y un importante financiador de las endeudadas economías desarrolladas.

En el gigante asiático existen varios mercados, los más importante son: Shanghai (Stock Exchange Composite), Shenzhen (Shenzen Stock Composite) y el de Hong Kong (Hang Seng Hong Kong). En ellos cotizan cerca de 3.000 empresas que a su vez se diferencian por su relación con los inversores, es decir, la posibilidad que tienen los inversores extranjeros de invertir en ellas.

 – Acciones serie A, que pertenecen a compañías locales y están denominadas en renmibis. Estos valores son exclusivamente por inversores locales, se trata del grueso del mercado.

 – Acciones serie B, son más accesibles a inversores internacionales aunque la transparencia en ciertos casos es inexistente. Las transacciones son a través de renmibis y dólares de Hong Kong.

 – Acciones de clase H, es el mercado más transparente y seguro de los tres. Cualquier inversor puede acceder a ellas y las transacciones se realizan en dólares de Hong Kong.

La burbuja y el posterior pinchazo se concentra en Shanghai y Shenzhen, más en particular en las acciones de tipo A, solo negociado por inversores locales. Además, esas inversiones se han realizado con mucho apalancamiento y puede provocar importantes pérdidas en los más de 90 millones de inversores chinos, forzando a su vez una ralentización económica que los expertos advierten más profunda que lo que apuntan las dudosas estadísticas chinas.

Subida de tipos

Es una medida que por su impacto se ha preferido retrasar, pero que no se podrá postergar más por miedo a formar posibles burbujas. Las dos fechas claves serán septiembre o finales de año, por dos motivos principalmente: la emisión de los informes económicos de la FED sobre la economía en norteamericana y las posteriores ruedas de prensa de la presidenta, Yanet Yellen. Aunque la subida se hará de forma gradual, todavía no se conoce cómo afectara a la economía mundial, aunque cuando se retiraron los estímulos los mercados respondieron con una alta volatilidad.

Entre los principales problemas que puede causar en EEUU se cuenta un enfriamiento económico y una contracción del crédito, por ello, la necesidad de hacerlo gradualmente. El riesgo es que se puedan producir fuertes burbujas por la acumulación de dinero barato. Aunque algunos medidores dicen que la subida llegará tarde. Es el caso de la regla de Taylor, propuesta por el profesor John B. Taylor (de la Universidad de Stanford) en 1993, se trata de una ecuación que pretende establecer cambios en los tipos de interés federales en función de la desviación de la producción real respecto a la producción real potencial y la desviación de la inflación actual respecto del objetivo de inflación. La regla dice que los tipos de interés reales a corto plazo deberían haberse situado a finales de 2014 en el 2%. Existe ya un temor real burbujas en los mercados financieros y en sectores como el tecnológico y biotecnológico.

La FED ha subrayado en varias ocasiones que “se guía exclusivamente por factores económicos domésticos”, es decir, que no tendrá en cuentas las repercusiones sobre otras economías. Obviamente, los habrá. Una de las claves puede ser el papel del dólar y su apreciación, al ser una divisa de reserva mundial podría ejercer un papel restrictivo sobre variables clave como la producción y las rentas.

Elecciones y políticas suicidas

Desde el comienzo del año, no se entiende a España sin el tinte electoral. Primero fueron las autonómicas y locales que en algunos casos dejaron ciertos ‘disgustos’ para las élites económicas. Ahora, queda por ver si se cumplen muchas de las amenazas que podrían afectar directamente a la economía española. En primer lugar, los nuevos gobiernos autonómicos deben mantener un déficit del 0,7% aunque se duda de su cumplimiento. Por otro lado, los ayuntamientos en especial Madrid y Barcelona, por lo que representan y quien los gobierna, tienen el punto de mira puesto. De momento, ciertas medidas ya han afectado a la economía, en especial medidas contra el turismo llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Barcelona.

Todavía quedan dos tracas finales. Primero las autonómicas catalanas, incluido el desafío soberanista. Las encuestas no dan holgura para pensar en la secesión pero hasta conocer los resultados las dudas estarán ahí, de momento, más de 3.000 empresas han dejado Cataluña, ya sea, por miedo al secesionismo de Artur Mas o la competencia fiscal. Y ambos no van a desaparecer, ya que,  (salvo sorpresa de Ciudadanos) si gana la lista independentista se agravara la primera y si gana una coalición de izquierdas se agravara la segunda. Situación complicada en la segunda Comunidad más importante de España económicamente.

La última traca serán las generales. Si bien con PP y PSOE, junto a Ciudadanos, superando ampliamente el 50% de los votos, la situación ya no inquieta tanto. Aunque ya es seguro que habrá un Parlamento con diversas fuerzas y un Gobierno inestable que lastrará la economía en los sucesivos años. Queda aún por ver si se presentará una coalición de izquierdas, que tan buen resultado dieron en las municipales, y el apoyo que recibiría.

El lastre griego y la situación bancaria

Todavía se desconoce el maremoto que causará el ascenso al poder del partido de extrema izquierda, Syriza. De momento, una huida hacia delante por parte de Grecia y acreedores y casi 80.000 millones más que no se van a devolver. Los indicadores adelantados ya señalan una caída de la producción y un frenazo de la economía griega de dimensiones enormes, provocado por el corralito.

La Bolsa de Atenas se despeña día sí y día también y los bancos deberán ser recapitalizados. Mientras España eleva su riesgo con Grecia a 36.000 millones, el Fondo Monetario Internacional ya advierte que la deuda de Grecia ya sí es impagable. Antes de llegar Tsipras, allá por 2014 la deuda (dentro de la gravedad de la situación) era asumible y fue así hasta la llegada de Syriza y su política de negociación. Así lo resume el informe del fondo al que muchos se acogen para reivindicar que la deuda griega es impagable: antes de Syriza lo era y después de Syriza no y queda por ver el destrozo total causado. La quita que se necesitará será aún mayor y la inestabilidad volverá a la Eurozona.

La situación bancaria tampoco es muy boyante en España (al igual que en Europa en Italia por ejemplo preocupa la subida de la morosidad), el continuo estrechamiento de márgenes está erosionando los balances bancarios por culpa del QE. Las entidades aunque se financian más barato prestan también a precios más bajos y este último efecto es mucho mayor, por lo que repercute muy negativamente sobre los balances.

El sector bancario tiene una fuerte importancia en Europa, ya que, supone el 318% del PIB de la Unión Europea. Además, en España esa tendencia se acentúa en dos sentidos: por un lado, prácticamente toda la financiación de créditos e hipotecas es través de la banca (al contrario que en otros países como EEUU). Por otro, los grandes bancos tienen un peso muy importante en la Bolsa española y podrían marcar el devenir del Ibex 35.

Pese a las posibles complicaciones, salvo catástrofe la cuesta de septiembre y hasta la llegada de las Elecciones Generales será estable gracias a que los intereses de la deuda sigue en mínimos, el precio del petróleo se mantendrá bajo (incluso puede caer a la zona de 40 dólares tras gracias a la ralentización de China y la nueva oferta de Irán) y la paridad dólar euro se mantiene estable.

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