Podemos ha presentado las bases económicas con las que concurrirá a las próximas Elecciones Generales. Se trata del cuarto programa económico que presenta en los últimos 18 meses. Sus recetas están en sintonía con las ideas de su fundación y las propuestas que el partido se comprometió a cumplir tras el acto en la plaza de toros de Vistalegre.
La aportación de una renta de 600 euros, apostar por un banco público o la reestructuración de la deuda son las grandes medidas del partido 'morado'. Las medidas se alejan del centro en el que ha pretendido colocar el partido Pablo Iglesias para volver a sus orígenes más a la izquierda, obligado por la constante caída que ha experimentado el partido en las encuestas.
El programa económico presenta una serie de interrogantes derivados de dos condicionantes: En primer lugar, la complicada realidad económica española presidida por una deuda en niveles cercanos al 100%, junto con uno de los niveles de déficit más altos de Europa, ponen en duda la viabilidad del plan económico. En segundo lugar, la poca flexibilidad que otorgan las instituciones europeas en cuestiones como la expansión del gasto público o la reestructuración de la deuda.
Política de rentas
La situación macroeconómica de la economía española dista mucho de aparentar una recuperación como la que vende el Partido Popular. España es el décimo país del mundo por volumen de deuda, asciende a 1,4 billones de euros (si se suma el cómputo total y no solo la cuenta que aparece en Eurostat), el quinto con mayor déficit público y un sistema de pensiones que lleva tres años quebrado. Esas circunstancias complican la puesta en marcha de políticas ‘expansivas’ como las que propone Podemos.
Uno de los pilares del programa es la puesta en funcionamiento de un plan de renta de 600 euros para aquellos que no tienen ingresos y “que tenga como objetivo la pobreza cero”. En segundo lugar, una renta complementaria para los trabajadores que no lleguen a un salario de 900 euros (parecida a la propuesta de Ciudadanos a la que Iglesias denominó “limosnita”). En total, el partido ha calculado que costaría cerca de 15.158 millones.
Para hacer frente a ese gasto, el programa de Podemos prevé incrementar los ingresos públicos en 35.000 millones, a través de dos medidas: Una reforma fiscal y una agudización de la lucha contra el fraude. Un objetivo que parece muy difícil de alcanzar, ya que con el PP se ha conseguido un record de ingresos en lucha contra el fraude, con más de 13.000 millones y también se ha situado el nivel impositivo entre los más altos de Europa. Aún así, Hacienda está muy lejos de recaudar una cifra similar a la que propone Podemos. Además, la idea de defender una relajación del déficit para llevar a cabo una política así se antoja imposible frente a las autoridades europeas.
Otras grandes incertidumbres son los efectos que tendría una renta de este tipo sobre personas que no tienen ingresos declarados. La economía sumergida en España es cercana al 20%, según diversos estudios. Además, estudios como el de Ranstad sitúan en cerca de tres millones las personas con empleos en negro. Establecer una renta para esas personas no favorecería su afloramiento. Asimismo, una renta complementaria del salario podría hacer caer a las empresas en la tentación de pagar menos a los empleados y que fuera el Estado el que sufragará los gastos privados de esas empresas.
Restricciones europeas
La reestructuración de la deuda o la relajación del déficit que propone Podemos choca con todos los mandatos seguidos por los órganos europeos. Todavía está reciente la última negociación suicida entre acreedores y el Gobierno de Grecia en relación a la reestructuración de su deuda, que abocó al corralito al país heleno. Entre los expertos que han ayudado en la confección de las bases económicas se encuentran algunos de los que asesoraron a Syriza en su negociación con los acreedores. James K. Galbraith fue asesor de Varoufakis y Özlem Onaran fue miembro de la denominada Comisión de la Verdad sobre la Deuda Pública de Grecia.
En torno al tema de la renegociación y reestructuración de la deuda pública también se pronunciaron las agencias de calificación. Standard & Poor’s avisó al Ayuntamiento de Madrid de que la auditoria podría conllevar una bajada en el 'rating' que sería aplicable si se realizara en España. El problema, por tanto, sería un encarecimiento de los intereses (España en 2014 pagaba 100 millones de euros al día por intereses) y en el peor de los casos una caída del 'rating' español a niveles de bono basura impediría que se pudiera beneficiar de la compra de bonos por parte del Banco Central Europeo.
Relajar el déficit tampoco parece una alternativa viable en Europa. Los últimos días se han caracterizado por el continuo tira y afloja entre Bruselas y el Gobierno actual por el cumplimiento del déficit. Si por unas décimas arriba Bruselas ha avisado formalmente a España, resulta complicado que Podemos pueda conseguir una relajación aún mayor.
Jubilación a los 63 años
La situación de la Seguridad Social en España es muy complicada insostenible y rebajar la edad de jubilación parece una temeridad. Las cuentas de la Seguridad Social han arrojado pérdidas en los tres últimos años, acumulando en 2014 un agujero del 1% del PIB. Además, la situación empeorará en 2015, según datos de la IGAE: El déficit en términos de caja en 2015, durante los primeros meses del año, es el doble que en 2014. Los ingresos han caído un 0,7%, cuando se preveía en los Presupuestos Generales de 2015 que aumentarían en un 6,8%, y los gastos han crecido un 3,8% frente al 3,2% presupuestado. En definitiva, el agujero de la seguridad social puede llegar a doblarse en este 2015.
Los datos sugieren a algunos expertos que la apuesta de Podemos de rebajar la edad de jubilación empeoraría aún más el agujero. No obstante, otros economistas que simpatizan con el partido de Pablo Iglesias la ven viable.