miércoles, noviembre 27, 2024
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La ruina de Abengoa y su extraña relación con la Junta

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Y la banca apuntilló a Abengoa… La situación económica de la empresa sevillana era límite, tanto que solo la entrada en el capital de Gonvarri Corporación Financiera, filial del grupo industrial vasco Gestamp, podía salvarla del concurso de acreedores. El acuerdo parecía cerrado hace solo dos semanas. La operación estaba condicionada a que la banca (en especial, HSBC, Santander y Crédit Agricole) proporcionara a la firma una línea de crédito de 1.500 millones de euros más la entrada en su capital con 300 millones adicionales. En total, 1.800 millones de euros para salvar a un enfermo casi terminal, algo inasumible dada su ruina financiera.

Las señales negativas de los últimos años no han hecho que intensificarse. No eran pocos los analistas que ya se habían pronunciado sobre el estado de las cuentas de la empresa. En 2013, un experto aseguraba en una columna de opinión en un diario español que “los cambios constantes en el perímetro de consolidación y las reclasificaciones masivas de partidas hacían imposible entender las cuentas” de Abengoa. Ese mismo año, la CNMV daba un toque de atención a la empresa porque a las cuentas de 2013 les faltaba la declaración de responsabilidad de los consejeros sobre el contenido. Incluso la agencia de calificación Moody’s le rebajó la calificación en verano, tras un duro informe en el que aseguraba que en sus datos financieros había opacidad, complejidad, problemas para generar flujos de caja positivos y que existía una refinanciación continua. La última amenaza llegó de Deloitte que advirtió que sin financiación quebraría.

Ante ese panorama económico tan negro, resultan curiosas declaraciones las sucesivas políticas para pedir a las entidades bancarias que rescaten a la empresa. En especial, de la Junta de Andalucía con el PSOE-A a la cabeza. Llama la atención por la manifiesta reticencia del partido que dirige Pedro Sánchez a rescatar empresas privadas.

La Junta y Abengoa

La firma sevillana es una ilustre de la industria andaluza. Siempre ha tenido especial relación con la Junta de Andalucía, que ha regado en muchas ocasiones de dinero público a la empresa. Durante la época de Manuel Chavés como presidente de la Junta, la firma recibió más de 170 millones de euros en licitaciones. Además, el Gobierno andaluz aportó casi cuatro millones a la empresa en ayudas.

La época en la que más ayudas recibió la firma dirigida por la familia Benjumea coincide con la época en la que la hija pequeña del expresidente estaba asociada a la empresa. La pequeña de los Chaves acumuló apoderamientos en cuatro sociedades anónimas de Abengoa (según el Registro Mercantil): Telvent Tráfico y Transporte, Telvent Housing, Tráfico Ingeniería y en la constructora Instalaciones Inabensa.

La extraña relación entre la Junta y Abengoa también es un tema que ha sido llevado al Parlamento andaluz. Podemos solicitó la comparecencia del consejero de Empleo, Empresa y Comercio, José Sánchez Maldonado, en el Parlamento para que explicará qué había pasado con la firma sevillana, “que ha recibido mucho dinero por parte de la administración andaluza”. La portavoz adjunta de Podemos en el Parlamento, Esperanza Gómez, se ha preguntado al conocer la noticia qué pasa con todas esas subvenciones de dinero público que le han sido concedidas.

¿Por qué la banca ha dicho basta?

La crítica situación de las cuentas de la firma sevillana era un secreto a voces. Analistas o agencias de calificación señalaban que Abengoa necesitaba continuamente realizar emisiones de deuda para poder garantizar su funcionamiento. El estado de flujos de caja informaba que su ingresos no servían para invertir sin tomar deuda, ni tampoco era capaz de devolver sus miles de millones que adeuda.

La situación solo tenía dos salidas posibles: O se troceaban y se vendían activos para intentar repagar la deuda, o se seguía pidiendo financiación (a través de bancos, ampliaciones de capital u otros recursos) y la bola se hacía más grande.

Al final, sin esa nueva financiación la empresa ha implosionado y se ha visto abocada a la quiebra. La agencia de calificación Fitch ha certificado este miércoles la situación de agonía de Abengoa al considerar que su deuda está en ‘situación de insolvencia’, es decir, que ya no hay marcha atrás.

El consejero delegado de Gestamp, Francisco Riberas, señalaba ante la grave situación que “hemos pretendido ser parte de la solución a un problema muy complejo”. Pero, obviamente, tanto para Gestamp como para las entidades, lo más fácil es que se precipite la quiebra para poder entrar una vez estén las cuentas claras. Entonces quizá pueda incluso elegir qué activos se queda.

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