La insólita situación económica reinante ha puesto a los ahorradores en una posición complicada. Las políticas expansivas llevadas a cabo por el Banco Central Europeo (BCE), junto con el poco interés de las entidades bancarias por captar depósitos han hundido la retribución al ahorro. Los fondos de inversión aparecen como una alternativa, pero entrañan peligros de los que el consumidor no siempre está avisado, como ha puesto de relieve en un duro informe la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El regulador se ha visto obligado a restringir la publicidad en estos productos de inversión para evitar que se repitan situaciones pasadas, como el caso de las participaciones preferentes.
La actividad bancaria funciona, en buena medida, captando dinero de los depósitos de los clientes. Ese dinero se convierte fundamentalmente en préstamos para empresas, hogares o la Administración, aunque las entidades también pueden invertirlo en distintos activos. La diferencia entre el dinero que paga por captar los depósitos y el que cobra por prestar dinero supone la base del beneficio bancario.
Las necesidades bancarias de liquidez están más o menos cubiertas, sea por los depósitos ya captados o por la liquidez casi gratuita otorgada por el BCE. Asimismo, las entidades bancarias generan negocio a base de animar a sus clientes a invertir sus ahorros. Sin necesidad de captar fondos, lograr que un cliente firme un fondo de inversión en vez de un depósito tiene ventajas. La firma mejora el apunte contable de su balance al pasar de anotar un coste a apuntar un ingreso por una comisión. Por el contrario, el ahorro depositado debe remunerarlo, lo que le obliga a contabilizar un coste adicional en su balance bancario.
Eso explica que los bancos hayan aflojado en su determinación por captar depósitos y compitan, sin embargo, por vender sus fondos de inversión. Así funciona en condiciones normales, es decir, con los tipos de interés más altos y con un mayor volumen de crédito. En la actualidad, con las medidas implementadas por el BCE, los bancos han perdido el interés por captar depósitos, ya que ese dinero no le presta y en la actualidad no hay inversiones.
Alerta de la CNMV
Las entidades comercializadoras cargaron con el grueso de las culpas por el escándalo de la comercialización de las participaciones preferentes. Pero también hubo reproches y toques de atención a la CNMV. Se pidió al regulador una mayor intervención en el asunto de la publicitación e información a los consumidores de los riesgos que entrañaba contratar este tipo de productos. Incluso la presidenta de la CNMV, Elvira Rodríguez, reconoció que el organismo regulador “debería haberse anticipado al problema y ser capaces de atajarlo antes de que se hubiese extendido”.
Ahora la CNMV quiere subsanar el error y ante la posibilidad de que ahorradores no suficientemente preparados adquieran activos financieros como fondos de inversión ha dado la señal de alarma. En un informe publicado hace unos días, advertía de que había “detectado algunas prácticas que deben modificarse”.
El regulador apunta directamente a elementos orientados a aquellos inversores menos preparados, por eso hace incidencia en aspectos muy visibles. La CNMV advierte sobre “entidades que incluyen la rentabilidad como el elemento más destacado de la comunicación (en ocasiones, un tamaño de letra más grande y en color rojo)”.
Otro de los aspectos en los que incide el regulador es que “las entidades incluyen datos de rentabilidades históricas acumuladas para periodos superiores al año”. Curiosamente, apunta a esa dirección cuando los fondos más conservadores tienen en el último año una rentabilidad negativa (las previsiones auguran que seguirán así) pero no en los últimos cinco años. Por ejemplo, los fondos de renta fija del BBVA o ING tienen resultados positivos en los últimos cinco años, pero negativos en el conjunto 2015. Es más fácil vender un producto que tenga rentabilidad positiva que negativa.
También incide en la información para gente no formada, ya que muchos comentarios “presuponen que invertir en determinados tipos de fondos no supone riesgo para el inversor (algo que cualquiera con formación financiera cuestiona) o que con determinados fondos se obtendrá una rentabilidad superior a la de otros productos financieros”. En definitiva, la CNMV advierte de que la forma con que muchos fondos de inversión se están comercializando es engañosa.
Peligro de los fondos
El mundo de los fondos de inversión es muy amplio. Los hay desde muy conservadores hasta muy arriesgados, pero siempre conllevan un riesgo. Paradójicamente, en la actualidad, los fondos más conservadores (que son los que sustituyen a los depósitos para clientes con mayor aversión al riesgo) son los únicos que están en números rojos.
A mitad de 2015, Inverco (la asociación del sector de fondos) alertaba de que solo tres de los fondos comercializados en España estaban en pérdidas: renta fija en euros a corto plazo, renta fija en euros a largo plazo y garantizados de renta fija. El número de ahorradores que han perdido dinero asciende a 1,3 millones. Inverco cuantifica en 37.000 millones de euros el montante total perdido en 2015. Asimismo, entre los más conservadores que existen, los monetarios, más del 70% están en negativo. Eso no impide, no obstante, que su rentabilidad media sea positiva.
El problema no acaba ahí. Los fondos más conservadores (como los monetarios o de renta fija) invierten en letras o bonos a muy corto plazo. En la actualidad, esos activos marcan tipos negativos (el último ha sido la deuda española a doce meses) y las previsiones futuras marcan rentabilidades negativas durante al menos 2015 y 2016 para un gran número de activos. Por tanto, se pueden prever mayores perdidas.