La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha recomendado eliminar tanto las restricciones a los puntos de venta de tabaco como la prohibición de comercializar cigarrillos electrónicos a distancia y en máquinas expendedoras.
Así lo recoge en su informe sobre el proyecto de real decreto por el que se regulan la fabricación, presentación y venta de los producos del tabaco y los productos relacionados.
En lo referido al tabaco, la CNMC se muestra partidaria de «reconsiderar las restricciones en la distribución y venta minorista». La propuesta es especialmente crítica con el «mantenimiento del monopolio en la distribución minorista del tabaco y algunas de las restricciones existentes al propio distribuidor».
El borrador del real decreto restringe las actividades de distribución y venta minorista del tabaco, que solo podrá comercializarse en estancos y puntos de venta con recarga, aspecto que a la CNMC le parece «extremadamente restrictivo de la competencia en el sector de la distribución minorista del tabaco».
El regulador, que advierte de la «débil justificación del mantenimiento de un monopolio» en la venta del tabaco, también recuerda que, en lo referido a los cigarrillos electrónicos, el proyecto real decreto limita la venta a determinados establecimientos, entre ellos estancos, farmacias, parafarmacias y tiendas especializadas, al tiempo que prohíbe la venta a distancia y en máquinas expendedoras.
En este sentido, el organismo presidido por José María Marín-Quemada recomienda eliminar la reserva y prohibiciones que prevé este proyecto, o en su caso, justificar de acuerdo con los principios de regulación económica eficiente la racionalidad de estas medidas.
«Siendo criticable la reserva de distribución en estancos, sorprende más aún la reserva en farmacias y parafarmacias en tanto en cuanto el enfoque de este proyecto es la consideración de los productos susceptibles de liberación de nicotina como producto relacionado con el tabaco y no con carácter general como medicamento», señala la CNMC, que critica además la prohibición de venta a distancia y en máquinas expendedoras, en este último caso permitido para los productos del tabaco, con lo que, a su juicio, «la incoherencia es considerable».
Asimismo, la CNMC apunta que no existe definición alguna del término 'tienda especializada' con lo que existe una margen de «excesiva discrecionalidad» que puede suponer un factor de «inestabilidad».
En concreto, el texto realiza una cierta equiparación de la regulación -aunque con menor intensidad- de los cigarrillos electrónicos con los productos del tabaco, lo que puede suponer, según la CNMC, una clara ventaja a las empresas tabaqueras presentes ya en el sector del tabaco que cuentan, sin coste adicional, con la infraestructura exigida y el 'know how' del negocio de un mercado análogo en regulación y estrategias comerciales.
Aumento del Gravamen a través de impuestos específicos
Por ello, recomienda la evaluación de tales restricciones bajo la óptica de necesidad, proporcionalidad y mínima restricción competitiva, así como la consideración de alternativas de intervención, como pudiera ser el aumento del gravamen a través de impuestos específicos.
La distribución y venta minorista de productos del tabaco se siguen reservando en exclusiva a determinados establecimientos (estancos y puntos de venta con recarga). Si bien se trata de restricciones ya previstas en la normativa vigente, constituyen una restricción a la entrada de operadores y un blindaje a los operadores incumbentes.
La CNMC aconseja reconsiderar estas restricciones y, en especial, el mantenimiento del monopolio en la distribución minorista del tabaco dado la débil justificación con que cuenta.
El proyecto objeto de informe contribuye a la armonización de las exigencias técnicas de producción, control de calidad, trazabilidad y presentación de los productos de tabaco y de aquellos relacionados con el mismo.
En general, la CNMC echa en falta un análisis «amplio y comprensivo» del conjunto de instrumentos de política pública en el sector del tabaco, a lo que no ayuda, «sino más bien lo contrario», la dispersión de órganos encargados de la aplicación de la normativa.
Barreras a la entrada de nuevos operadores
A su juicio, el texto contiene un amplio catálogo de restricciones a la competencia que, aunque derivan en buena medida de la normativa europea, constituyen barreras a la entrada de nuevos operadores.
«Tales restricciones no están debidamente justificadas en cuanto a su adecuación a los principios de regulación económica eficiente y mínima distorsión competitiva», denuncia la CNMC.
Asimismo, el organismo recomienda en su informe evaluar con arreglo a los principios de regulación económica eficiente el régimen y procedimiento de autorización de laboratorios participantes en la verificación y control de calidad, así como reforzar las garantías de no discriminación por razón de la nacionalidad de los laboratorios.
Además, considera conveniente reforzar las garantías de independencia de los estudios exigidos a fabricantes e importadores y valorar el fundamento y contenido de algunas restricciones a la promoción y a la publicidad de los productos actualmente vigentes que prolongan el 'statu quo' del sector y no facilitan la penetración en el mercado de nuevos operadores.